El próximo domingo Brasil celebra elecciones generales. Los brasileños deberán elegir entre revalidar un Gobierno conservador liderado por Jair Bolsonaro, actualmente presidente, o devolver el poder a Lula Da Silva, condenado por corrupción y lavado de dinero.
El Supremo Tribunal Federal de Brasil decidió anular esta condena después de que pasara casi 600 días en prisión. Pero, al contrario de lo que defiende la izquierda, la máxima corte no declaró inocente a Lula, sino que revocó los fallos por criterios técnico-formales.
Así las cosas… ¿por qué desde la mayoría de medios de comunicación se presenta a Bolsonaro como un peligro para la democracia frente a un expresidente que estuvo preso por corrupto?
Bolsonaro representa todo aquello que no le gusta al socialismo, al lobby LGTB, al feminismo radical y en general al marxismo cultural. «Que nuestro pueblo no experimente los dolores del socialismo«, defendió en el mes de julio en una marcha en Sao Paulo en la que hizo referencia a lo que ocurre en otras naciones de la región, que en los últimos tiempos eligieron gobiernos de izquierda como Chile o Colombia. «No queremos eso para nuestro Brasil».
#Brasil | ¿Por qué Bolsonaro irrita tanto al globalismo? Por @rebecacrespo_ pic.twitter.com/X9mW1N8cKY
— La Gaceta de la Iberosfera (@gaceta_es) September 28, 2022
Tmabién defiende a la familia como un «fundamento de la civilización»… y frente a las políticas abortistas que proliferan en buena parte de los países del mundo, ha asegurado que en Brasil nunca se aprobará el aborto mientras dependa de él.
– Lamento profundamente pelas vidas das crianças argentinas, agora sujeitas a serem ceifadas no ventre de suas mães com anuência do Estado. No que depender de mim e do meu governo, o aborto jamais será aprovado em nosso solo. Lutaremos sempre para proteger a vida dos inocentes!
— Jair M. Bolsonaro 2️⃣2️⃣ (@jairbolsonaro) December 30, 2020
«Lamento profundamente la vida de los niños argentinos, ahora sujetos a ser sesgados en el vientre de sus madres con la anuencia del Estado. En lo que a mí y a mi Gobierno se refiere, el aborto nunca será aprobado en nuestro suelo. ¡Siempre lucharemos para proteger la vida de los inocentes!», escribió el presidente tras la aprobación del aborto en Argentina.
También se ha posicionado contra la ideología de género y el adoctrinamiento de los niños en las aulas basándose en «el principio de protección integral a la infancia, previsto en la Constitución» de Brasil.
Y durante la pandemia del covid defendió la libertad de los brasileños para vacunarse, y se posicionó en contra del llamado «pase covid» y de los confinamientos.
Asimismo, se ha mostrado contrario al mantenimiento de los regímenes totalitarios que existen en Iberoamérica como Venezuela, Cuba o Nicaragua.
Y lo que es más importante, y pese a que la mayoría de medios y encuestas auguran una victoria de Lula, cuenta con el apoyo del pueblo brasileño. Durante el acto de conmemoración por el segundo centenario de la independencia del país en septiembre, movilizó a centenares de miles de seguidores en una demostración de fuerza sin precedentes. Una fuerza que incluso se vio en Londres cuando, a su llegada a la ciudad para asistir al funeral de la reina Isabel II, fue aclamado por decenas de personas a las puertas de la residencia del embajador de Brasil.
«Tenemos una posición: estamos en contra del aborto, estamos en contra de la ideología de género, de la liberación de las drogas, somos defensores de la familia brasileña», destacó el mandatario en un acto en julio. «Somos la mayoría en el país, la mayoría del bien. Y en esta guerra del bien contra el mal, el bien volverá a ganar», aseguró Bolsonaro.
En definitiva, el presidente brasileño se niega a seguir el sendero marcado por tantos presidentes de tantas naciones americanas que se dejaron vencer por la izquierda sin dar la batalla. Tras la reciente caída de Perú con la elección de Pedro Castillo, de Honduras con Xiomara Castro, de Chile con Gabriel Boric, y de Colombia con Gustavo Petro, al avance acelerado del comunismo en la Iberosfera le quedan muy pocos diques de contención. Bolsonaro es uno de ellos.
