Una entrevista más a un obispo de una serie que está resultando muy interesante. Y que bueno sería, cuando concluyera que se publicara en libro.
Esta vez el protagonista es el arzobispo emérito de Zaragoza, Elías Yanes.
http://www.infovaticana.com/entrevista-yanes/
No necesito decir, por haber dado numerosos testimonios de ello, que es un obispo de los que no me caen bien. Sin embargo reconozco que tonto no es, no lo pensé nunca, y creo que vale la pena leer lo que dice.
Desconozco cual es el modus operandi de Infovaticana para conseguir que tantos obispos se hayan prestado a comparecer en el medio con sus opiniones. Supongo que, después de todas las que se han publicado, los obispos que faltan tendrán menos miedo a confesarse. Y eso que los hay muy recelosos ante los medios. Cobardes quizá fuera más exacto calificativo.
Supongo que los obispos que han intervenido se habrán reservado un derecho de aprobación final del texto. Cosa que comprendo pero que resta espontaneidad. Y también habrán rechazado preguntas a las que no hayan querido responder. Pese a todo ello me parece muy interesante el florilegio. Aun corregido y edulcorado.
También sería interesante saber quienes se han negado a aparecer. Una primera cuantificación, y muy fácil, sería la de los que no están. Pero pudiera ser que a algunos no se hubiera dirigido Infovaticana, que otros ni contestaran a la solicitud, que la mala educación se da también entre los obispos, y no me refiero a una contestación positiva sino a una contestación, a la simple excusa de que su muchísimo trabajo les impide contestar, y hasta pudiera ser que en alguna ocasión hasta pudiera manifestarse grosería. Qué tambien conozco a algún obispo grosero.
Yendo a las respuestas de Yanes, repito que me parecen interesantes. Y si ha habido aprobación del texto, que también repito no lo sé, pues difícil será pillarle en un renuncio. Tampoco fue Yanes un progresista desorejado por lo que no era esperable algo en ese sentido. Apenas encontré dos cosas rechinantes. Una, su afirmación de que «la existencia del diablo es un dato de importancia relativa». Pues sí, ante el inmenso misterio del amor de Dios a los hombres todo lo demás queda opacado. Y es relativo. Pero dicho de ese modo, rechina. Bastante. Relativizar al demonio me parece peligrosísimo. Relativizarlo de verdad. No en su absoluta relatividad con Dios que en eso estamos de acuerdo todos.
Y también lo de la Virgen del Pilar. En lo que estuvo comedido pero no entusiasta. Todos sabemos que en nuestro Credo no aparece la venida de la Virgen en carne mortal a Zaragoza. Y que se puede negar la aparición sin dejar de ser católico. Pero como arzobispo de Zaragoza su intervención me pareció escasita. La entendería en el arzobispo de Ernakulan o en el de Maribor. Se dijo en su día, tras las primeras palabras de Yanes como arzobispo de Zaragoza, apareció en muros de la ciudad la letra de una jota que decía: «Y vino en carne mortal la Virgen a Zaragoza. Y tiraremos al Ebro al que nos diga otra cosa». Tantos años de arzobispo de Zaragoza, comprobando la fe de Aragón en la Pilarica, nombre repetido hasta la saciedad en todas las mujeres de los pueblos aragoneses, tal vez le haya moderado algo en sus reticencias. Pero entusiasmo, sigue pareciéndome escaso. Esas cosas, si así las sintiera, que pena sería, se las debería callar.
