«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Presidente y vicepresidente de la CEE

No ha habido sorpresas. Los tapados estaban destapados. Y el presidente destapadísimo. 

Estoss han sido los resultados:

Presidente

Blázquez: 60

Osoro: 10

Asenjo: 5

Del Río: 2

Omella: 1

En blanco: 1

De 79 votantes. 

Vicepresidente:

Osoro: 46

Asenjo: 19

Del Río: 8

Barrio: 3

Omella: 2

Pujol:1

Ha habido en ambas elecciones 79 votos y son 80 los obispos con derecho a votar. Por lo que falta 1. Supongo que por enfermedad. No sé quien fue.

Los resultados de los dos elegidos, en primera votación, son mu lucidos. Y el del presidente cuasi espectacular. Ninguno tuvo un contrincante que le disputara el cargo. 

En la votación para presidente ya quedó claro que la vicepresidencia se iba a disputar entre Osoro y Asenjo. Porque en Blázquez quedó claro que confluyeron los votos de los rouquistas y de los que lo eran menos. O nada algunos. Sorprende que un obispo votara en blanco. Debió tener una pájara momentánea. Que no repitió en la votación de vicepresidente. Lo de Omella me parece «periférico». Apostaría por un obispo pirenaico y aragonés. 

La votación del vicepresidente ya me parece más indicativa. Pienso que parte del rouquismo votó a Sevilla. Pero su fuerza hoy es más bien escasa. Con Del Río se demostró que el castrense, por el hecho de serlo y no por su persona, era incompatible con esos cargos. Creo que cualidades personales le sobran pero necesita otro arzobispado para ser pieza importante en la CEE. Como castrense es imposible.

Barrio, Omella y Pujol han sido divertimentos de sus votantes.

Ahora, a lo que significa el resultado. Que personalmente pienso que no es malo. Pero de transición. A la espera de un líder del episcopado español. Como lo fueron Gomá. Pla y Deniel, Tarancón y Rouco. Blázquez evidentemente no lo es. El liderazgo es ajeno a su personalidad. Buenísima persona, teólogo de nota, querido por todos. Pero con menos arranque que un caracol. Ya ejerció la presidencia en un trienio y se lo comió Cañizares, el vicepresidente. Y Osoro deja en mantillas al actual Prefecto del Culto Divino. A mí no me parece mal un presidente apagado y un vicepresidente activo. Y Osoro es hiperactivísimo. Veremos como funciona el tandem. Pido a Dios que bien.

Pero debemos tener en cuenta que Blázquez cumple 72 años dentro de un mes y un día. Su nombramiento es para este único mandato. ¿Tras él podriá ocupar la presidencia Osoro? Sin duda alguna. Y pienso que sería un excelente presidente. Pero cuando eso le llegara estaría a punto de cumplir72 años, en el mayo siguiente. Con lo que volveríamos a tener un presidente de la Conferencia Episcopal con un solo ejercicio en perspectiva. Y en él, el único. Pienso que ese cargo requiere más permanencia. Aunque no sean los cuatro trienios del cardenal Rouco.

Vale esta presidencia de transición. No me parece nada mal. Ni por Blázquez ni por Osoro. Pero si vamos de transición en transición ya la cosa sería más preocupante. Porque esa no sería la solución. Porromponpón. Es necesario que en estos tres años aparezca una cabeza del episcopado. Y que ya no podrían serlo, con alguna proyección en el tiempo, Osoro, Asenjo, Braulio. Del Río, Barrio… No por méritos propios, que algunos los tienen sobrados, tal vez a otro el valor se le sigue suponiendo, por ser generoso, sino porque la edad es inexorable.

Y eso es lo que hay. La alternativa mejor  hubiera sido tal vez Osoro con dos mandatos por delante. a diferencia de lo  que tenemos hoy. No preocupante, ni Blázquez ni Osoro lo son en absoluto, pero tampoco no ilusionante. A cubrir el trámite. 

Y muy bien Blázquez en sus primeras palabras. Rouco, Francisco y ya se verá. Pues qué lo veamos para bien. Qué va a ser amable con los medios. Si él siempre es amable. Eso no ha sido nunca su debe. Su problema es mucho más la ausencia que la presencia. Como obispo auxiliar de Santiago, cargo para el que le nombró Rouco, como obispo de Palencia, cargo para el que sigo pensando que le nombró Rouco, como obispo de Bilbao, para lo que debió contar con el apoyo de Rouco, y como arzobispo de Valladolid, que idem de idem.  Pues ya le tenemos de presidente de la Conferencia Episcopal. Aunque no podamos decir que ad multos annos. Desde aquí, monseñor, aceptación plena. Y hasta gozosa.  

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