Pese a ser un continuo escarnio de Dios, la Iglesia y los mismos obispos, Sistach, Amigo, Maradiaga, Poli, Tettamanzi, Pujol, Osoro, Rodríguez Magro, Molina y Porras, con una fidelidad verdaderamente digna de mejor causa, continúan de palmeros del viñetista. Y otras instituciones eclesiales también.
El atentado contra las torres gemelas, con tantas víctimas inocentes, me parece especialmente miserable pero se ve que esos cardenales y obispos lo deben encontrar graciosísimo. Para mí es una vergüenza incomprensible.
Y esto es lo que piensa el viñetista de ustedes, señores cardenales Sistach y Amigo, señores arzobispos Pujol y Osoro y señor obispo Rodríguez Magro. Por si no se habían enterado.