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ADEMÁS ESTADOS UNIDOS HA OFRECIDO RECOMPENSAS POR SUS FACILITADORES FINANCIEROS

Así se financia Hamás mientras los civiles palestinos viven en la miseria

Militantes de Hamás. Europa Press.
Militantes de Hamás. Europa Press.

El Gobierno de Estados Unidos anunciaba la semana pasada recompensas de hasta 10 millones de dólares (cerca de 9,1 millones de euros) por información que permita «afectar» los «mecanismos financieros» del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás).

El Programa de Recompensas para la Justicia del Departamento de Estado estadounidense ofrece estos pagos a cambio de detalles sobre «facilitadores financieros» identificados como Abdelbasit Hamza el Hasán Jair, Amer Kamal Sharif al Shaua, Ahmed Sadu Jahleb, Ualid Mohamed Mustafá Jadalá y Muhamad Ahmad Abdeldayim Nasralá.

Así, ha especificado que El Hasán Jair es un «financiador» de Hamás que reside en Sudán y que «ha gestionado numerosas compañías de la cartera de inversiones de Hamás» como parte de una red que permite «blanquear dinero». Además, ha dicho que el hombre «tiene lazos financieros desde hace mucho tiempo con Al Qaeda y con compañías vinculadas a Usama bin Laden en Sudán».

Según el periódico El País, la mitad de los habitantes de Gaza están en paro y a la población vive con una renta per cápita de apenas 1.000 euros. Sin embargo, la financiación de Hamás no cesa, siendo Irán, según el mismo medio, uno de sus principales financiadores, con aportaciones de entre 70 y 120 millones de dólares anuales.

De los más de 200 millones de euros europeos que han llegado a Palestina en 2023, España ha proporcionado 48,5. Es casi el triple que en 2022, cuando se entregaron 18 millones. Aunque nuestro país ha regalado 900 millones de euros en las últimas tres décadas a través de la Cooperación Española en Palestina puesta en marcha en 1994. El 32% de esas ayudas han sido gestionadas directamente por ONGs, por lo que se desconoce absolutamente su utilidad.

La ONU, por supuesto, también entrega millones de euros cada año a Palestina. Tan sólo en las últimas semanas, tras las matanzas de judíos por parte de Hamás y la posterior respuesta Israelí, Naciones Unidas ponía en marcha una campaña para movilizar 1.200 millones de dólares para, en teoría, ayudar a 2,7 millones de personas.

Estados Unidos tampoco se libra de su parte: el 7 de octubre el expresidente Donald Trump acusaba a Joe Biden de financiar el último ataque de Hamás contra Israel. Y es que la administración demócrata entregó ayudas a Palestina en 2021 por valor de 200 millones de dólares. En 2022 la cifra se incrementó en 316 millones más, en su gran mayoría destinada a la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo.

Y mientras Occidente riega con miles de millones de dólares a la autoridad palestina, que depende directamente del grupo terrorista Hamás, y la población civil vive cada vez en peores condiciones —la tasa de paro es del 47% y más del 80% de su población subsiste bajo el umbral de la pobreza—, sus líderes poseen fortunas a la altura de los oligarcas rusos o venezolanos. A Jaled Meshal, anterior líder de la organización yihadista, se le calcula una fortuna de 3.000 millones de dólares. Pequeña si la comparamos con la del actual dirigente de Hamás, Mousa Abu Marzook, el cerebro de la última matanza de israelíes, y a quien Israel asegura que le pertenece un patrimonio de 5.000 millones de dólares.

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