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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Que se vayan todos

La sentencia de la Gürtel condena al PP por corrupción y coloca al Gobierno en una situación insostenible.

Como el boxeador que espera el último golpe que le lleve a la lona mientras se tambalea en el cuadrilátero, Mariano Rajoy ha ido sorteando los obstáculos y hace poco más de 24 horas veía el final de la legislatura muy cerca. «Me veo con fuerzas para continuar», decía a sus más allegados.

La sentencia de la Gürtel, sin embargo, modifica radicalmente el futuro próximo. El partido dirigido por Mariano Rajoy ha sido condenado, como persona jurídica, a pagar 245.492 euros por lucrarse de Gürtel a través de sus exalcaldes en Majadahonda y Pozuelo, Guillermo Ortega y Jesús Sepúlveda. Un auténtico escándalo que convierte al PP en la tercera formación política condenada por corrupción tras CDC y Uniò.

La condena al PP en Gürtel, la puntilla a la semana 'horribilis'

Rajoy estaría obligado a presentar su dimisión en prácticamente todos los países del mundo, pero estamos en España y casi ningún político -véase el PSOE andaluz en la trama de los ERE falsos- acostumbra a abandonar el sillón prematuramente. Podemos ya se ha subido al carro de la previsible moción de censura que presentará Pedro Sánchez en los próximos días. Desde Ciudadanos aseguran que «todo ha cambiado» y parece que la solución pasará por la convocatoria de elecciones anticipadas.

Rajoy no debería continuar ni un segundo más al frente del Gobierno. La corrupción del PP es total y no se limita únicamente al ámbito económico (judicial). El futuro del partido se antoja muy oscuro. Desde que sustituyó a José Luis Rodríguez Zapatero, el presidente abandonó los valores que hicieron grande a la formación y, ahora, principios como la defensa de la vida o la familia no tienen cabida en la sede popular.

El PSOE cree que la moción prosperaría si acto seguido se convocan elecciones

En una Alborada reciente recordaba unas palabras del republicano John W. Gardner que se ajustan a la situación que vive el PP de Rajoy: «Nuestro problema no es encontrar mejores valores, sino ser fieles a aquellos que profesamos». La corrupción económica es sólo una consecuencia más de la podredumbre moral de la formación.

Urge una reforma

Los cabecillas de la trama, Francisco Correa y Luis Bárcenas, han sido condenados a 51 y 33 años de prisión, respectivamente. Unas penas elevadas (y justas) que son resultado de la suma de delitos como asociación ilícita, fraude a la administración pública, cohecho (activo y pasivo), falsedad en documento mercantil, malversación de caudales públicos, prevaricación, blanqueo de capitales, delitos contra la hacienda pública, tráfico de influencias, apropiación indebida, exacciones ilegales o estafa procesal intentada.

Sin embargo, es de justicia llevar a cabo una reflexión y comparar estos casos con las condenas sufridas por los asesinos etarras o José Bretón. El parricida fue condenado a 40 años de prisión, de los que sólo cumplirá 25 como máximo, por asesinar a sus hijos de seis y dos años. Por su parte, el etarra De Juana Chaos apenas estuvo 21 años entre rejas a pesar de ser condenado a 3.000 años por el asesinato de 25 personas.

¿Vale menos una vida humana que la suma de delitos económicos de una trama corrupta? Desde La Gaceta defendemos la Prisión Permanente Revisable como la única solución posible en casos como el de José Bretón o los terroristas de ETA que acumulan decenas de asesinatos. El griego Aristóteles lo resumió mejor que nadie hace miles de años: «En su mejor momento, el hombre es el más noble de todos los animales; separado del derecho y la justicia es el peor».

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