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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Dimisión y división

La dimisión de la ministra de Sanidad, Carmen Montón, y la Diada son los dos asuntos en los que coinciden nuestras cabeceras.

El País prefiere, comprensiblemente, dejar de segundo el tema de la ministra, segunda dimisión en cien días de gobierno de Sánchez, con el titular más anodino que ha podido encontrar: ‘La ministra de Sanidad dimite por irregularidades en su máster’. ‘Irregularidades’ es una palabra que no compromete mucho, siendo cierta, y puede ir desde faltas de ortografía a plagio sin necesidad de hacer sangre. El primer asunto, con foto, es la Diada que se celebró ayer en Barcelona. Una vista aérea de la Diagonal abarrotada sirve de ilustración equívoca a este titular: ‘El independentismo recurre a la Diada para ocultar su división’. Es un extraño titular. No pretendo que no haya divisiones en el independentismo; ¿qué movimiento de peso no las tiene? Pero tampoco parece que haya más en su campo que en el contrario. Por lo demás, ¿qué significa recurrir a la Diada para ocultarlas? ¿No irían a los actos del día si estuvieran unidos? Los titulares de El País se me antojan cada día más vacíos de información, pero quizá sea yo.

El resto de cabeceras prioriza la dimisión. En El Mundo lo dan con este dramatismo: ‘El Gobierno hace agua’. Un titular así sería completamente incomprensible e irresponsable hace unas décadas, pero El Mundo, inteligentemente, cuenta ya con que el lector sabe de qué está hablando.

La noticia no es solo que otro miembro del gobierno Sánchez, de esa rutilante muestra de estrellas, se vea obligado a dimitir; es que lo hace solo tres horas después de que Sánchez confirmara su continuidad en el Senado. La incoherencia de Sánchez no es solo omnímoda, sino también acelerada. Si sigue este ritmo, no falta mucho para que empiece una frase anunciando una decisión y la acabe proclamando la opuesta.

Debajo, la noticia interesante de la Diada que misteriosamente se salta El País, siendo de indudable peso: ‘Borrell se suma a la Diada y critica al juez Llarena por la prisión de los líderes del 1-O’.

Lo gracioso que tiene este trajín de los máster, que tantos disgustos está dando a nuestra clase política, es que supone utilizar para derribar a un gobernante un detalle insignificante por el que absolutamente nadie le ha votado y que una abrumadora mayoría de ellos ignora siquiera que tuviera.

Ya, conozco el argumentario: es una prueba de que son deshonestos y todo eso. No creo a nadie impecable, y menos que a nadie a un político en alza, y desde luego me parece una razón de mucho más peso para derribar a un representante de la voluntad popular que haga exactamente lo contrario de lo que prometió con la meticulosidad maniática con que lo hace Sánchez.

O, en el caso que nos ocupa, Borrell. Mis amigos moderados, a quienes no se podría acusar de sanchistas sin grave injusticia, suspiraron de gozo especialmente con dos nombres del gabinete recién anunciado: Borrell y Marlaska. Y ahora es cuestión de cortesía, casi de caridad, no recordárselo.

ABC saca a Montón de perfil, disponiéndose a abandonar el atril. Acierta a medias con el titular: ‘Sánchez vuelve a rectificar y deja caer a Montón’. Digo «a medias» porque el que Sánchez rectifique ha dejado de ser noticioso.

En La Razón, fotos parejas del presidente y la ministra, y el significativo titular: ‘Montón dimite por Sánchez’. Abajo, ‘El Supremo no prevé liberar a los presos antes del juicio’. Ni siquiera sabía que puede hacerlo, la verdad.

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