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EN MEDIO DE LA EMBESTIDA SANDINISTA CONTRA LA IGLESIA

El obispo nicaragüense Rolando Álvarez cumple 500 días detenido por el régimen de Ortega

El obispo nicaragüense Rolando Álvarez. Twitter

El obispo nicaragüense Rolando Álvarez cumplió este martes 500 días injustamente detenido, en medio de la feroz embestida del régimen de Daniel Ortega contra miembros de la Iglesia Católica. En los últimos días dicha arremetida ha dejado al menos 13 sacerdotes y dos seminaristas presos.  

Monseñor Álvarez, de 56 años, se ha convertido en el rostro más visible de la persecución de la tiranía izquierdista contra los católicos, desde que en febrero del año pasado fue condenado a más de 26 años de prisión por el sistema de Justicia sandinista.

El obispo de la Diócesis de Matagalpa y administrador de la diócesis de Estelí formó parte del grupo de 222 presos políticos enviados por Ortega a Estados Unidos a inicios de 2023. Sin embargo, se negó a ser desterrado y perder la nacionalidad nicaragüense, desatando la furia del dictador centroamericano.

Luego de ello fue trasladado nuevamente a Nicaragua, donde se le condenó por «traición a la Patria». Allí también se le suspendieron los derechos ciudadanos de por vida y se le confinó a una cárcel de máxima seguridad.

En el comienzo del año el Papa Francisco se refirió con pesar desde el Vaticano al caso de Álvarez y el resto de religiosos católicos presos en la nación hispanoamericana. Durante el rezo del Ángelus el Santo Padre invocó su «cercanía en la oración» con los sacerdotes detenidos.

En agosto del año pasado el Sumo Pontífice afirmó haber comenzado gestiones para tratar de liberar a monseñor Álvarez, mediante una negociación con el régimen de Ortega. Aunque en un primer momento el religioso nicaragüense fue sacado por unas horas de la cárcel, los diálogos naufragaron y Álvarez fue trasladado nuevamente a prisión.

Al inicio de esta semana el Gobierno de los Estados Unidos emplazó a la dictadura nicaragüense a dejar en libertad al religioso, reafirmando además su «preocupación» por la reciente oleada de detenciones activada en contra de representantes del clero en el país.

«El presidente Daniel Ortega y la vicepresidenta Rosario Murillo han encarcelado injustamente al obispo Rolando Álvarez por 500 días. Durante este tiempo, las autoridades nicaragüenses han mantenido al obispo Álvarez en aislamiento, han bloqueado una evaluación independiente de las condiciones de su arresto y han difundido videos y fotografías montadas, lo que solo aumentan las preocupaciones sobre su bienestar», dijo el portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller, al respecto.

La respuesta no se ha hecho esperar. El régimen sandinista divulgó a través de medios de comunicación oficiales fotografías en las que se ve a un médico practicando una evaluación física a Álvarez.

De acuerdo a la información dada por el oficialismo nicaragüense el obispo de Matagalpa habría registrado valores normales de presión arterial, saturación de oxígeno y ritmo cardíaco, detallando que sus signos vitales «están bien».

La Iglesia Católica se ha convertido en uno de los últimos reductos de disidencia en una Nicaragua arropada por el autoritarismo cada vez más creciente de Daniel Ortega y su mujer, Rosario Murillo.

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