«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Dirigiéndose a Patriarcas, obispos, sacerdotes, religiosos y fieles

El Papa León XIV llama a «salvaguardar y promover» la fe en Oriente ante la persecución que sufren millones de cristianos

El Papa León XIV. Europa Press

El Papa León XIV ha transmitido en su discurso a los participantes en el jubileo de las Iglesias Orientales un llamado firme a «salvaguardar y promover» la fe cristiana en sus tierras de origen, a pesar de las dificultades que enfrentan. Durante este emotivo encuentro celebrado en Roma, en el marco del Jubileo de la Esperanza, el Pontífice expresó su profunda cercanía con los cristianos de Oriente, a quienes calificó como “preciosos a los ojos de Dios” y portadores de un legado espiritual fundamental para toda la Iglesia.

Dirigiéndose a Patriarcas, obispos, sacerdotes, religiosos y fieles de las Iglesias orientales católicas, León XIV ha agradecido su presencia en la capital de la cristiandad y ha dedicado una de sus primeras audiencias del pontificado a reconocer su testimonio de fe, muchas veces forjado en medio de la persecución, el exilio y la guerra. «El sistema climático es complejo; también lo es la historia de la salvación. Y ustedes, hermanos del Este, han conservado tesoros inestimables que deben ser protegidos y compartidos con todo el Pueblo de Dios», ha afirmado.

El Papa ha denunciado el riesgo de pérdida de identidad religiosa entre las comunidades orientales que han emigrado a Occidente por causas de fuerza mayor, como la violencia o la pobreza. En este sentido, ha insistido en la importancia de establecer estructuras eclesiales que permitan a estos fieles mantener sus tradiciones vivas, y ha pedido a los obispos hispanos que apoyen activamente la presencia y la liturgia de las Iglesias orientales en la diáspora. «Su misión no es adaptarse ni diluir su espiritualidad por conveniencia; el mundo necesita de la profundidad de sus ritos y de la belleza de su fe vivida», ha subrayado.

Recordando las enseñanzas del Papa León XIII y de san Juan Pablo II, León XIV ha reiterado el valor irremplazable de la diversidad litúrgica y espiritual de Oriente, y ha abogado por un mayor conocimiento entre los católicos occidentales de la riqueza de estas tradiciones. Al mismo tiempo, ha denunciado la instrumentalización de la religión y la división ideológica que convierte al prójimo en enemigo. «Nuestros vecinos no son criminales a los que debemos odiar, sino personas con las que estamos llamados a dialogar», dijo.

El Pontífice se ha referido también a los múltiples conflictos que afectan a las regiones orientales, desde Ucrania hasta Siria, pasando por el Cáucaso, Tigray, el Líbano y Tierra Santa, y renovó su disposición a mediar para la construcción de la paz. «La Iglesia no se cansará de repetirlo: ¡que callen las armas! Que los líderes del mundo escuchen el clamor de sus pueblos y elijan la paz como camino», reclamó con vehemencia.

Antes de concluir, el Papa ha elogiado el testimonio silencioso de tantos cristianos que permanecen en sus países pese a las amenazas y adversidades, y los ha animado a continuar siendo «luces en el mundo» mediante su fe, esperanza y caridad. Ha reclamado también a los pastores orientales transparencia, humildad y entrega en la guía de sus comunidades, alejados de toda forma de poder mundano.

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