El Vaticano tiene su propio Bansky. Desde que pintara en las paredes de Roma un grafiti del Papa Francisco en forma de superhéroe, su arte callejero se ha vuelto viral, y ya ha llegado a las más altas instancias de la Iglesia. Artista oficioso del Vaticano, Mauro Pallotta —hombre que se esconde tras el pseudónimo Maupal— considera que sus dibujos por las calles vaticanas ha ayudado a acercar la figura de Francisco a la gente: «Yo creé una suerte de empatía con el Papa Francisco».
Sus prioridades, sin embargo, nunca han estado precisamente alineadas con la promoción de la Iglesia. Hace apenas unos años Maupal llenaba las paredes Roma de grafitis irreverentes, entre los que destaca uno de un cardenal pidiendo matrimonio a una religiosa. Su pintura «antisistema», sin embargo, encontró una gran acogida al dibujar distintas figuras del Papa Francisco denunciado problemas sociales.
Aunque su galería está al aire libre, ahora cada semana Maupal difunde un nuevo dibujo del Pontífice en redes sociales. Él mismo reconoce tener «un pie» dentro del Vaticano, donde acogen con alegría sus dibujos sobre Francisco. Queda atrás aquel «superfrancisco» pintado una noche de 2014, en el que el Bansky del Vaticano pintó al Papa con una bufanda del San Lorenzo de Buenos Aires y un maletín con la inscripción «valores».
Aunque el «Superpope» fue rápidamente retirado, su repercusión hizo «cambiar su vida»: «No me lo esperaba, de verdad. Nunca había hecho arte callejero», reconoce. Este publicista improvisó una caricatura simpática de Francisco y ahora lleva ya una veintena de obras dedicadas al Papa. Una galería callejera que ha sido expuesta por todo el mundo, desde Londres a Miami.
«Aunque sea un personaje muy importante, entendí que si lo represento en nuestro día a día, lo devuelvo a lo que él realmente es […] A través del procesamiento gráfico, lo acerco a la gente». Precisamente por eso en sus dibujos el Papa aparece jugando al tres en raya, pintando o moviéndose en patinete eléctrico. En uno de sus encuentros, Francisco bromeó con Maupal: «¿Por qué me dibujas siempre tan panzón?», espetó entre risas el Pontífice.
Así, desde su juventud antisistema hasta su colaboración con la Iglesia, Maupal reconoce que no le sorprendería «que el arte callejero se convirtiera en parte integrante de los medios del Vaticano porque han entendido que se trata del género artístico más contemporáneo de todos». Un arte que sirve para reflejar aquellos temas que preocupan a la Iglesia: «Cuando un tema me indigna, intento ponerlo en el centro de atención», explica con una sonrisa. Un arte callejero que cambia conciencias con representaciones alegres de la cabeza de la Iglesia.
