Unas 40.000 personas han entrado en la basílica de San Pedro del Vaticano para rendir homenaje a Benedicto XVI, cuyos restos mortales están situados justo delante del monumental baldaquino, obra del italiano Gian Lorenzo Bernini, en la basílica de San Pedro.
Según cifras de la gendarmería del Vaticano, desde las 9:00 horas y hasta las 14:00 horas, 40.000 personas se han acercado a darle el último adiós al papa emérito.
El difunto Benedicto XVI descansa sobre un catafalco, cubierto por una tela de terciopelo rojo y sostenido por dos almohadillas, con una casulla roja y lleva en la cabeza una mitra blanca adornada. Además, en sus manos entrelaza un rosario en sus manos.
A diferencia de sus predecesores, no lleva el palio papal, la cinta de lana con cruces que se pone sobre los hombros y que simboliza la potestad de gobierno en una determinada jurisdicción. De hecho, será enterrado sin vestir el palio, que se colocará en el ataúd como se hace para los obispos eméritos, según han informado los medios italianos.
La capilla ardiente ha abierto sus puertas a las 9:00 horas y durante 10 horas los fieles podrán entrar a velar el cuerpo de Benedicto XVI. El resto de días, hasta el próximo 4 de enero, el tiempo de apertura de la capilla será superior. Se espera una afluencia de entre 30.000 y 35.000 personas cada día, según explicó el prefecto de Roma, Bruno Frattasi, durante el Comité provincial de Orden y Seguridad convocado de urgencia por la muerte del Papa emérito.
El jueves tendrá lugar el funeral, en la plaza de San Pedro y ante la presencia de fieles, delegaciones oficiales de Italia y Alemania, y contará con la asistencia de otras autoridades.