El Parlamento de Australia ha sido el último, tras la celebración de una consulta postal no vinculante, en legalizar el ‘matrimonio gay’
Las legislaciones de los países occidentales van adecuándose paulatinamente a los dogmas establecidos por la ideología de género. Así, hace ya años se desató un proceso por el que los parlamentos nacionales – convenientemente impelidos por diferentes organismos supranacionales – van legalizando el ‘matrimonio gay’ y aprobando leyes que sancionan el cuestionamiento público de los postulados de género.
El Parlamento australiano ha sido el último, tras la celebración de una consulta postal no vinculante, en legalizar el ‘matrimonio gay’. En un pleno en el que sólo 4diputados (de 150) han osado manifestar discordancia, se ha acordado la redefinición del ancestral término de ‘matrimonio’, que antaño designaba a ojos de todos la unión entre hombre y mujer. Tras la votación, la cámara ha estallado en vítores y aplausos.
En cierto modo, lo acaecido en Australia simboliza la brecha que se ha abierto en todo el mundo occidental entre élites y pueblo; la casi insalvable distancia que separa a gobernantes y gobernados. Así, mientras el 39% de los australianos que participaron en la encuesta postal mostraron su rechazo a la legalización del ‘matrimonio gay’, sólo 4 diputados de 150 (lo que constituye tan sólo el 0,9% de la cámara) han hecho lo mismo.
El primer ministro del país, Malcolm Turnbull, ha expresado su regocijo con el resultado de la votación del Parlamento a través del Parlamento: ‘¡Qué día para el amor, la calidad y el respeto. Australia lo ha logrado’, ha asegurado.
Críticas y antecedentes
El proyecto de ley del ‘matrimonio homosexual’, presentado por el liberal Dean Smith, ya fue aprobado por la cámara alta australiana por 43 votos favorables y 12 contrarios. Una votación que estuvo directamente impelida por la encuesta postal realizada anteriormente, en la que la mayor parte de los australianos (61%) mostró su postura proclive a la redefinición del matrimonio.
Tras el anuncio de los resultados de la encuesta postal, el arzobispo de Sidney, Mons. Anthony Fisher, difundió un comunicado en el que expresaba su pesadumbre: ‘Desde el principio, esto se ha asemejado al conflicto entre David y Goliat con políticos, corporaciones, celebridades, periodistas y organizaciones deportivas ahogando la voz del australiano común y presionando a todos para votar sí’.
Además de la presión mediática y política que denuncia el prelado, cabe mentar el clima de conflictividad social que provocaron los partidarios del ‘matrimonio homosexual’. Así, un sacerdote fue escupido en plena calle por un individuo que, después de secretar su saliva, lo imprecó; y el exprimer ministro australiano Tonny Abbot, que se ha mostrado reticente en ingentes ocasiones a redefinir el concepto de ‘matrimonio’, fue golpeado por un hombre que lucía una insignia arco iris en su pechera.
Sigue la línea marcada por Austria
La legalización del ‘matrimonio gay’ en Australia llega unos pocos días después de que ésta se produjese en Austria. Allí, la Corte Constitucional, la más alta instancia judicial del país, ordenó el martes la autorización del matrimonio a las parejas homosexuales (antes de 2019) alegando que lo contrario supondría una discriminación por razón de sexo.
La prohibición del matrimonio entre personas del mismo sexo «viola el principio de la igualdad y la no discriminación de las personas en base a calidades personales como la orientación sexual», arguye la Corte en una sentencia dictada a raíz de una denuncia interpuesta por una pareja homosexual.