«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Si soy Bruselas

Como ovejas yendo al matadero, así veo a mi civilización occidental. No soy partidario de restringir libertades en pro de la seguridad, pero tampoco quiero pasar por tonto útil que se dejó seducir por los cantos de sirena del buenismo.

El islamismo, a pesar de lo que nos gustaría que fuera, es incompatible con la civilización occidental, así de simple. La dignidad que occidente, al menos en teoría, supone a toda persona, no es posible en el modelo que marca el islam. La igualdad de todos en derechos, la igualdad de hombre y mujer, de creyente o no creyente y la democracia como forma de gobierno, chocan abiertamente con lo que transpira el Corán. Su objetivo es la conquista, el nuestro es la libertad. En los países musulmanes no hay libertad religiosa. En los países musulmanes no hay separación entre estado y religión. En los países musulmanes no hay culto cristiano. En los países musulmanes se persigue a los cristianos. El objetivo del Islam es obligar a los infieles a convertirse a su credo; el objetivo del cristiano es predicar el evangelio. ¿Hace falta más para ver que somos como el agua y el aceite?

No entiendo nada. ¿Occidente y sus autoridades no saben que es el islam? ¿No se enteran o, por miedo, prefieren emular a los avestruces? ¿Alguien me lo explica?

TEMAS |
Fondo newsletter