«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Cachorros. Primeros pasos en su educación.

¡Hazte el muerto! ¡Dame la patita! ¡Haz la croqueta!… qué chulo es presumir con tus amigos viendo como tu perro hace este tipo de cosas completamente inútiles.
Si quieres perder el tiempo con esas cosas lo mejor es que lo dejes para más adelante y te centres primero en enseñar a tu recién llegado cachorro las cosas más básicas (y útiles).
Y lo más urgente y necesario para todo novato es conseguir que su perro haga sus necesidades en la calle. Algo completamente básico para el resto de la vida del perro, parece una tarea imposible para muchos dueños. Y en realidad lo único que se necesita es paciencia y constancia durante unos días. No parece un mal negocio el sacrificio de esos  días, si con eso consigues toda una vida de tranquilidad sabiendo que tu perro nunca utilizará tu casa como retrete.

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Para conseguir que el cachorro aprenda a que el salón no es el lugar adecuado para hacer sus necesidades, tendrás que asumir que vas a pasarte un mes dando paseos por el vecindario cada dos por tres y agasajando a tu perro con sonrisas y caricias constantemente.
La idea es que el perro entienda que la calle es el lugar adecuado para esas tareas y la mejor manera de conseguirlo es premiarle cada vez que lo haga en el lugar correcto. Educación en positivo se llama.
Si sales a la calle unos minutos después de que el cachorro haya comido, tendrás más posibilidades de que le entre el apretón estando fuera de casa. Si hay suerte, hazle muchos mimos después de hacerlo y/o prémiale con alguna chuche.
Una forma de motivar al perro para hacer sus cosas es llevarle a una zona donde suelan ir otros perros porque su olfato le indicará que ese es un buen lugar para ello.
Al menos al principio, es aconsejable volver a casa inmediatamente después de que el perro haya hecho sus necesidades, porque de ese modo entenderá mejor que ese era el motivo del paseo.
Si tienes suerte y vives en un bajo o dispones de jardín, puedes intentar coger al cachorro y sacarle corriendo a la calle en cuanto veas la mínima señal de que el perro quiere hacer algo. No siempre es posible llegar a tiempo y puede que en el trayecto te ponga perdido, pero merece la pena intentarlo. Si has sido lo suficientemente rápido, no te olvides de los agasajos después.
Como es lógico, durante ese primer mes te va a tocar recoger muchos pises y cacas en casa pero nunca riñas a tu perro por ello, no lo hace para fastidiarte, simplemente no ha aprendido todavía que ese no es el lugar. Por favor, olvida lo de darle en el hocico con un periódico acercándole al pis, porque es completamente inútil e injusto para el perro y nunca aprenderá de esa forma. Posiblemente el que merezca el golpe con el periódico seas tú por tu falta de paciencia.
Durante ese periodo puede que te interese delimitar una zona de tu casa con periódicos en el suelo e intentar que el perro haga sus necesidades ahí. Existen unos WC para cachorros donde colocar unos pañales que cumplen esa misma función de forma más higiénica. Incluso puedes rociarlo con un atrayente de micciones.
Te pueden valer como ayuda mientras enseñas a tu perro a hacer sus cosas fuera o como entrenamiento intermedio, enseñándole primero a usar el WC para después enseñarle a hacerlo fuera de casa. Yo soy partidario de ir directamente a la calle y usar el WC para cachorros (o el papel de periódico) solo como complemento para mantener la casa limpia.
Prometido, en más o menos un mes el perro estará educado y nunca más tendrás ese problema.

Puede que no sea tan importante como lo anterior, pero si hay algo que puedes enseñarle desde el principio y agradecerás toda su vida es a comportarse durante la comida… durante tu comida.
Es tremendamente molesto tener al perro pidiendo cada vez que te sientas a comer y en cambio es sencillísimo de solucionar: nunca le des nada cuando comes. Así de sencillo y así de complicado para muchos dueños.
Hay mucha gente que se derrite y no puede evitar lanzarle algo cuando comienza a lloriquear, y no parecen darse cuenta de que no solo está maleducando al perro, posiblemente también esté perjudicando su salud con alimentos poco recomendable para él.
Si durante los primeros meses de vuestra vida en común te mantienes firme y con un “NO” rotundo separas al perro de la mesa cuando comienza a pedir, habrás solucionado el problema para siempre. El perro entenderá que esa comida no le corresponde y no volverá a pedirte nunca.
Si eres de lo que le das las sobras (algo que no te aconsejo en absoluto), al menos no lo hagas inmediatamente después de comer, guárdaselas hasta que le toque comer a él o de lo contrario le tendrá pidiendo igualmente en la mesa porque sabrá que algo también le corresponde.
Otro problema crónico que puedes evitar si eres firme desde el principio.

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Y ahora ya puedes pasar a intentar que te de la patita o se haga el muerto.

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