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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Doble expulsión en las cocinas de MasterChef

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Por Pepe G.-Saavedra. El paladar jugó un papel fundamental en la primera prueba de la semifinal del programa. Los aspirantes debían valerse del sentido del gusto para adivinar los 20 ingredientes de una elaboración. Como era de esperar, únicamente dos concursantes fueron capaces de identificar 6 ingredientes -Antonio y Kevin- y se convirtieron en los capitanes de la prueba de grupos que, por primera vez, se desarrolló en las cocinas de MasterChef. El centollo, la vieira y las angulas fueron los productos centrales con los que los concursantes sorprendieron a las caras más conocidas de TVE. Bertín Osborne, Lolita -a quien Andrea optó por llamar Rosario en un momento de confusión- María Casado, Jaime Cantizano… Todos ellos tuvieron la oportunidad de comprobar la evolución de los aspirantes y sacar alguna que otra pega a la excesiva creatividad de alguno. La sorpresa de la noche llegó cuando los jueces anunciaron que uno de los concursantes debía abandonar el concurso. Lidia, la nutricionista y enemiga declarada del chorizo, fue la primera concursante de la noche en colgar en delantal.

Tras la baja de la gallega, la segunda prueba por equipos trasladó a los aspirantes a Bilbao, el templo de la gastronomía española. Un grupo de afamados arquitectos y expertos del gremio disfrutaron de una cocina minimalista y vanguardista al puro estilo Josean Alija. Carlos y Sally formaron el equipo azul y Kevin, Andrea y Antonio integraron el rojo. Aunque los primeros partían en desventaja numérica, se convirtieron en los grandes triunfadores de la prueba y en los claron favoritos para la final de MasterChef. El caos acompañó al grupo rojo en todo el desafío y Kevin, Andrea y Antonio no lograron presentar sus dos primeras elaboraciones a tiempo. Carlos y Sally consiguieron un pase directo a la final del talent culinario.

Pedro Subijana apadrinó la prueba de eliminación más alocada que recuerdan los fogones de MasterChef. Los tres cocnursantes en la cuerda floja tuvieron que elaborar tres platos empleando 30, 20 y 10 minutos para cada uno. La calma, la creatividad y la seguridad son las características necesarias para hacer frente a un desafío como este y Antonio, según el criterio de los jueces, fue el único capaz de reunir esas cualidades. Finalmente, Kevin se une a Lidia y se convirtió en el segundo expulsado de la noche.

En la gala del próximo martes conoceremos el nombre del ganador de MasterChef 3. Hasta la semana que viene y, como siempre repite Eva González, pónganle sabor a la vida.

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