«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
La Gaceta de la Iberosfera
Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Jenaro llamó a su ‘compi’ Felipe; pero no se puso

Jenaro García pasó unos días de sorprendente «¿y ahora qué?». Él se había autoinculpado ante un juez de lo mercantil cuando Gowex presentaba concurso de acreedores. Algo tenía que pasarle: dejaba inversores engañados, había burlado a los supervisores… cabía que por vergüenza de los primeros ante las rentabilidades que ofrecía Jenaro, no dieran la cara, como así ha sido; puede que los otros, los del mercadillo bursátil y los inútiles de la CNMV, se conformasen con ponerse las orejas de burro y estar cara a la pared unos días; pero quedaban los medios de comunicación. Y, como debía ser, se activó el poder de la Audiencia Nacional.

/p>

Los amigos cuerdos de Jenaro García le predecían lo peor: te meterán en la cárcel, serás el chivo exculpatorio de los coletas de Podemos. Resumiendo, su mensaje era: «Jenaro, van a ir a por ti». Fue entonces cuando Jenaro se asustó. Jenaro fue compi en la Facultad de Derecho de la Autónoma del entonces Príncipe de Asturias, Felipe de Borbón. Apenas le conocía, porque el paso de un Príncipe por las Facultades públicas o las Academias Militares es muy especial (otro día hablamos de ello). El caso que si el Príncipe pasó por las aulas con otro fin que el de dedicarse al Derecho, Jenaro pasó por allí de puntillas más pendiente de lo suyo, que era importar Mercedes de segunda mano de Alemania y venderlos en Madrid.

Sin embargo, Jenaro tuvo la cara de agarrar el móvil y llamar al flamante Rey Felipe VI, se supone que para pedirle árnica invocando la condición de viejo compi. Lo hizo. Imagino a Felipe con el ceño fruncido: «¿Jenaro qué?». El Monarca no se puso al teléfono, supongo que en primer lugar porque no le recordaba. En segundo lugar, los medios le ponían verde y quién sabe si eso le hubiera comprometido. Tercero: ¿qué podía hacer él por el imprudente Jenaro? Eso por no invocar precedentes en los que el Monarca anterior se fumaba un puro cuando alguno de sus amigos era imputado en casos de corrupción como Manuel de Prado y Colón de Carvajal, embajador ad large, quien, a pesar de los servicios prestados, fue abandonado a su suerte judicial y no digo más.

De Jenaro se apiadó el Espíritu Santo en forma de Pedraz. El tomate Gowex le cayó con los billetes comprados para irse de vacaciones el 31 de julio, ¡menuda putada! Aquel tío extraño con otros casos económicos -de esos que no entienden los togas- amenazaba con fastidiarle las vacaciones. Pero el interfecto, que había engañado a media España, también le iba a engañar a él. Se volvió a autoimputar, le dijo que las trampas eran esta y esta otra y que las había empezado antes de lo que los expertos judiciales imaginaban si quiera. Este mirlo era fantástico, entregó su ordenador personal y su móvil. En una mañana, caso resuelto y luz verde a las vacas. Jenaro era un colega de la justicia, un colaborador de la ley; merecía un trato singular. Por eso ni le quitó el pasaporte, a pesar de tener, al menos, tres millones de euros en Luxemburgo. Le impuso 600.000 eurillos de fianza y 15 días para llevarlo. Y… amén, Jesús; Pedraz podrá lucir la melena en las playas de moda.

Iniciadas las rebajas de verano en la Audiencia Nacional. El resto es un correlato proporcionado, por allí pasó el director financiero de Gowex y por 50.000 eurillos de fianza, incluso le desearon un buen verano. También pasó el auditor de M&A, Antonio Díaz Villanueva, y por 300.000 eurillos, ¡que tenga unas merecidas vacaciones!

TEMAS |
.
Fondo newsletter