¿Recuerdan aquellos discursos en los que Génova se arrogaba la capacidad de representar a la inmensa mayoría de los españoles? Decía Winston Churchill que el político se convierte en estadista cuando comienza a pensar en las próximas generaciones y no en las próximas elecciones. Mariano Rajoy no debió leer nunca al líder británico, pues parece que el presidente del Gobierno anda más centrado en frenar el ascenso de Ciudadanos que en detener el nacionalismo que amenaza con fracturar los cimientos del país.
Las encuestas de cara al 21D relegan a la formación popular al último puesto. La nefasta política desde Moncloa frente al separatismo y la ausencia de un discurso para combatir sus mentiras han situado a Ciudadanos como principal fuerza de oposición. El malestar en Génova es evidente y altos cargos del partido admiten sin ambages que es primordial apoyar como presidente de la Generalitat al socialista Miquel Iceta antes que a Inés Arrimadas.
La llamada ‘operación Iceta’ no es sino otro intento desesperado de Rajoy por sobrevivir en las revueltas aguas populares. El presidente del Gobierno dijo sentirse capacitado para presentarse a la reelección hace unas semanas y su principal obstáculo por el voto útil es Ciudadanos. Albert Rivera ha sido el único político capaz de desmontar las infamias nacionalistas y luchar contra la corrupción que asola al PP. Un éxito naranja en Cataluña sería un obstáculo difícil de superar por un Mariano cuyo trono se tambalea cada vez con mayor asiduidad.
Valentí Puig: 'El independentisimo seguirá, pero el procés está agotado'
‘Los niños no dormirán’
El relato victimista del nacionalismo parece no tener fin. La última protagonista es Gemma Geis Carreras, cabeza de lista de Carles Puigdemont en Gerona y -¡oh, sorpresa!- profesora en la universidad de la misma localidad.
La demagogia separatista: 'Miles de niños soñarán con policías que disparan'
Durante el debate de candidatos en la localidad catalana, Geis realizó un ejercicio de demagogia digno de los capítulos más ridículos del nacionalismo catalán: “Si no ganan los separatistas miles de niños catalanes no podrán dormir por culpa de las pesadillas. Esos sueños en los que malvados policías españoles disparan a los pies, a las rodillas, a los brazos de los niños catalanes, demorando el disparo fatal, actuando con crueldad”.
Conviene recordar que Íñigo Méndez de Vigo, titular de Educación y portavoz del Gobierno, se negó a poner coto en el Congreso al adoctrinamiento que se produce en las aulas de Cataluña bajo el pretexto de que se trataba de casos aislados.
Durante años las fuerzas separatistas han podido construir un relato propio, basado en la mentira y el victimismo, que han difundido a toda la población, especialmente a los más jóvenes, con la connivencia de un Gobierno incapaz de hacer frente a la situación que vivía y vive el país. De aquellos polvos…
La ONU y la inmigración
Los principales políticos y sus terminales mediáticas enarbolaron el argumento humanitario para justificar la acogida masiva a mediados de 2015. «Europa no puede dar la espalda a los refugiados», decían los principales líderes mundiales. Sólo algunos se atrevieron a denunciar, por ejemplo, la ausencia de mujeres en el flujo de teóricos refugiados de guerra. ¿Dónde estaban? ¿Por qué los “refugiados” eran en su mayoría hombres jóvenes en edad laboral?
La ONU ya no habla de crisis de refugiados: 'La inmigración salvó a Europa'
La verdad terminó imponiéndose y la propia ONU admitió en su último informe que los refugiados fueron únicamente un pretexto para avalar la acogida masiva. Nadie en Europa había movido un dedo entonces para acabar con el autoproclamado califato en Irak o con la guerra civil en Siria. Los poderosos apostaron por la inmigración para, entre otras cosas, reducir el salario mínimo interprofesional prácticamente a la mitad.
La primera oleada de atentados islamistas despertó a Francia, Bélgica, Reino Unido o Alemania del sueño multiculturalista y el discurso de sus dirigentes fue virando hacia posturas más cercanas a las defendidas desde Hungría o Polonia. Bruselas escenificó la pasada semana el funeral del sistema de cuotas, principal caballo de batalla entre los partidos ‘oficialistas’ y los del Este. Merkel y Macron renunciaron a una de sus propuestas estrella y aceptaron su fracaso.
La ONU insiste en la inmigración como receta a los problemas de natalidad occidentales, tal y como hicieran en septiembre de 2015. La pelota está en el tejado de Bruselas. ¿Quo vadis, Europa?
Alguna publicidad valiente y la ayuda desinteresada de muchos lectores como tú han hecho posible esta noticia. Conoces nuestra línea editorial, a contracorriente de la ideología dominante y desacomplejadamente comprometida con la dignidad humana, la unidad de España y la identidad de Europa. No es fácil ni es barato sostener un medio de comunicación que beba de estos postulados, siempre contra los más poderosos. Por eso te pedimos que nos ayudes con una aportación, que formes parte de nuestro proyecto, que ayudes a que sigamos incordiando al Poder. Puedes hacerlo de varias maneras, infórmate aquí.