Otro de los grandes de la literatura hispanoamericana que trasciende los tiempos. Manuel Mujica Lainez (Buenos Aires. 1910, – Córdoba, Arg., 1984).
El célebre autor de Misteriosa Buenos Aires (1950). La historia de nuestra ciudad desde 1536 hasta 1904 expresada a través de cuentos. Un conjunto de relatos imaginarios apoyados en documentación histórica que durante años fue utilizado como texto escolar en Argentina.
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Manuel Mujica Lainez, periodista, crítico de arte, biógrafo y escritor descendiente de Juan de Garay, segundo fundador de la ciudad de Buenos Aires.
Recordamos su vida y obra a través de la Fundación Mujica Lainez (enlace) que preside su hija Ana Mujica de Rodríguez Aldao.
Realidad y fantasía se funden en una de las plumas más refinadas que ha dado el país. Su sentido del humor, ironía, ternura y erudición, han dejado un recuerdo imborrable entre los argentinos.
“España me hace muy, muy feliz. Yo supongo que son mis sangres españolas las que me hacen sentir aquí en mi casa” decía Manucho en una entrevista realizada por Joaquín Soler Serrano en el programa «A Fondo» de la Radiotelevisión Española.
En una parte del video Mujica Lainez traza un paralelo con la vida de su amigo Jorge Luis Borges. Ambos unidos por el antiperonismo y el sufrimiento que les causó el gobierno argentino desde 1946 hasta 1955. Los dos perdieron sus trabajos y fueron perseguidos por razones políticas (ver video).
Cuenta Mujica Lainez que durante el primer gobierno peronista se dedicó a traducir sonetos de Shakespeare para olvidarse de Perón. En esa oportunidad también se refirió al boom de los nuevos escritores americanos: “El peor de todos me parece Vargas Llosa”, decía Manucho en los años setenta.
Mujica Lainez pasó los últimos años de su vida en las sierras cordobesas. Quien vaya de vacaciones por el Valle de Punilla, no puede dejar de visitar la Casa Museo El Paraíso en Cruz Chica, a tres kilómetros de La Cumbre.
Allí se lo recuerda junto a Cecil, compañero inseparable. Su famoso perro de raza whippet (ver fotos) es el protagonista de un relato autobiográfico maravilloso. Cecil es quien cuenta la vida de Manucho en las sierras de Córdoba (1972).
Su afición al mundo de lo sobrenatural no pasa desapercibida en las colecciones que alberga El Paraíso, ni tampoco en sus obras. Sueños, presagios, coincidencias inexplicables y objetos mágicos. Inclusive puede encontrarse una estela funeraria de noventa kilos que trajo desde Manchuria con una maldición escrita.
Cansado de que se hablara tanto de su gran éxito, la novela Bomarzo (1962), respetaremos su deseo. Destacamos aquí otros de sus libros: El escarabajo (1982) y El viaje de los siete demonios (1974).
En el primero, los avatares de un escarabajo de lapislázuli que Ramsés II le regala a su esposa Nefertari. El talismán egipcio va cambiando de manos desde esa época hasta nuestros días. Una novela excelente llena de intrigas y emoción.
En el segundo, el Diablo envía siete demonios holgazanes desde el Infierno en misión especial a la tierra para tentar a los hombres. Cada uno de ellos es especialista en los siete pecados capitales: envidia, soberbia, avaricia, gula, pereza, lujuria e ira. Una fábula ingeniosa escrita por un hombre bueno, a quien no le gusta hablar de teología pero que no le teme al Diablo.
Manucho, conocedor del alma humana. En todas sus obras hay revelaciones. Solamente hay que descubrirlas.
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