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Pablo, con sus llantos a otra parte

Por Pepe  G.-Saavedra

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Qué calor, ¿verdad? El mejor remedio para estos días con el mercurio por las nubes es el helado. De nata, turrón, vainilla… Pero no, en esta ocasión los aspirantes a convertirse en MasterChef tuvieron que elaborar un helado de fresa. Este fruto fue el alimento básico de la propuesta, ¿os imagináis qué concursante se lo dejó olvidado en el supermercado? Efectivamente, Pablo, al igual que le ocurrió a Lidia con la nata, un ingrediente básico para la elaboración del helado. Carlos -que continúa destacando pese a las continuas críticas de Sally- y Andrea sobresalieron con sus presentaciones y originalidad y se convirtieron en los líderes de grupo para la prueba por equipos.

Miguél Bosé fue el anfitrión en la segunda prueba de la noche. El cantante, rodeado de grandes amigos como Elena Benarroch o Genoveva Casanova, abrió las puertas de los estudios en los que prepara su próxima gira para degustar las preparaciones de los aspirantes. El gluten, ausente en el menú por la intolerancia de Bosé, trajo algún que otro quebradero de cabeza. El equipo liderado por Carlos logró sacar sus platos sin problemas reseñables. Sin embargo, la formación capitaneada por Andrea le declaró la guerra a la pasta de los ravioli -incluso el jurado declaró la dificultad de trabajar con masa sin gluten- y no pudo sacar su elaboración a tiempo, jugándose su estancia en las cocinas de MasterChef. Lidia y Pablo, los concursantes que ninguno de los jefes quiso en sus filas, se encargaron de los postres. La falta de compañerismo de la primera y las constantes meteduras de pata del segundo les procuró un delantal negro a cada uno.

Los cuatro ganadores de MasterChef y su edición junior, Juan Manuel, Vicki, Mario y Manuel llegaron al talent para revolucionar las cocinas. Los cuatro productos que les dieron la gloria fueron los ingredientes estrella de los platos de los aspirantes. Lidia, Andrea y Antonio salieron airosos de la prueba de eliminación. La cosa quedó entre Fidel, el militar que no da su brazo a torcer, y Pablo, el ya por muchos conocido como el ‘Bustamante de MasterChef’. El no plato de Pablo, como denominó Pepe a la presentación del valenciano, le obligó abandonar la lucha por erigirse como vencedor de MasterChef. Eva González, con su ironía modo on, tiró de kleenex para hacer frente a una de las noches más húmedas del talent, la noche en la que Pablo se marchó con sus llantos a otra parte.

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