«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Va de putas

En un foro organizado por el Vaticano sobre Calentamiento global y nuevas formas de esclavitud, menudo collage, la alcaldesa de Madrid fue noticia no por templar gaitas sobre su equipo, sino por lanzar una alerta al mundo acerca de la prostitución y la juventud. Me parece novedoso que desde la progresía alerte sobre este tema cuando de ellos ha partido la militancia tan corrosiva sobre la llamada ‘liberación sexual’ y, ya más de fondo, siendo los adalides del relativismo moral que impregna ahora occidente. Es verdad que la gran alarma viene por la esclavitud sexual, pero no es menos cierto que la alcaldesa planteo déficits en la educación sexual de nuestros adolescentes que han interiorizado, como un comportamiento normal, el pagar por usar sexualmente a alguien simplemente por el placer propio.

Concretamente la alcaldesa, sin eufemismos, dijo: “Entre los muchachos se suscita el tema de por qué uno va de putas, por qué uno acepta la prostitución, etc…” invitando a una profunda reflexión “sobre la sexualidad y la manera de educar en sexualidad”.

No entiendo nada. Hay alerta porque nuestros jóvenes contemplan la prostitución como un comportamiento más. ¿Alguien espera que si educamos no sobre el amor sino sobre el placer, no sobre la entrega sino sobre el egoísmo, no sobre el esfuerzo sino sobre las apetencias, no sobre el ser sino sobre el tener, la sexualidad será ‘entrega’ y no uso y abuso del cuerpo de otros? ¿Alguien me lo explica?

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