El presidente estadounidense ha manifestado la necesidad de defender los derechos de los débiles (los no nacidos), del mismo modo que otrora se luchó contra la esclavitud.
Desde los albores de la legislatura, uno de los principales propósitos del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha sido la defensa del derecho a la vida del no nacido. Así, en todos estos meses, el republicano ha impulsado diversas leyes que limitan la siniestra práctica abortista, tan incentivada y protegida durante la presidencia de Barack Obama.
En un discurso pronunciado en el contexto de la Gala de la Campaña por la Vida, Trump ha reflexionado sobre la inviolabilidad del derecho a la vida y sobre la relevancia de que las instituciones políticas lo defiendan. Así, ha mostrado su disposición a continuar designando a legisladores que ‘compartan nuestros valores, aprecien nuestra herencia y defiendan la vida orgullosamente’.
En este sentido, el presidente norteamericano se ha ufanado de cuantas medidas pro-vida ha aprobado su Gobierno por el momento: la restauración de la política ‘Ciudad de México’, la aprobación de una ley que permite a los estados retirar la financiación a clínicas abortistas, la designación de jueces reacios al aborto, la promulgación de una orden ejecutiva encaminada a proteger la libertad religiosa…
No obstante, Trump ha enfatizado la necesidad de continuar trabajando en defensa de los más débiles: ‘No podemos ser complacientes. Lo que ocurre históricamente, en un elevado porcentaje del tiempo, es que ganas las elecciones y te tornas complaciente. Nos acomodamos y el otro bando, que no carece de energía, gana’, ha señalado el republicano, quien ha recordado, asimismo, que los demócratas se han tratado de bloquear todas sus iniciativas pro-vida.
‘Votad amor’
El presidente estadounidense ha manifestado la necesidad de defender los derechos de los débiles, del mismo modo que otrora se luchó contra la esclavitud: ‘Hemos luchado para acabar con la esclavitud, para restaurar el derecho a voto de la mujer y para que se respete la dignidad de todo ser humano. Hoy, debemos honrar el legado de nuestros ancestros y restaurar el primer derecho de la Declaración de Independencia: el derecho a la vida’.
En esta línea, el republicano ha reflexionado sobre el verdadero sentido de defender la inviolable e inalienable dignidad del ser humano: ‘Cuando protegemos la vida, protegemos la fuente verdadera de la grandeza norteamericana: al pueblo. Es la gente la que bendice nuestras vidas, la que sostiene nuestras comunidades, y la que hace de América una nación, un hogar, una tierra magnífica’.
Para culminar su emotiva alocución, Trump se ha dirigido directamente al público, que le ha brindado entusiastas ovaciones: ‘Votad familia, votad amor, votad fe y valores, votad patria, votad vida’.
En una época que desprecia lo trascendente, el presidente estadounidense lo reivindica. Y eso es ya un acto de valentía que deberíamos loar.