Emmanuel Macron permitirá el concierto de un rapero que alienta la yihad en la sala de conciertos donde 90 personas fueron asesinadas a manos de terroristas islámicos.
Hay imágenes que uno es incapaz de sacarse de la cabeza. La fotografía de Bataclan minutos después de cometerse el ataque yihadista en su interior es una de ellas. El foso, escenario de tantas noches de baile y diversión, se convirtió en un mar de sangre y cuerpos inertes. 90 personas fueron asesinadas en la sala de conciertos en una noche de terror islamista en París que acabó con la vida de 137 inocentes.
Tras los atentados, los ciudadanos se volcaron con los afectados y las marchas se repitieron por todo el país. Europa trazó entonces su estrategia contra el islamismo: encender velas, recordar a las víctimas y cantar, en este caso, el Imagine de John Lennon, que reclama un mundo sin fronteras. Semanas después, los investigadores determinaron que los autores de la masacre se habían aprovechado de las lindezas del espacio Schengen para viajar por Europa con total impunidad.
Un rapero islamista que apoya la yihad actuará en la sala Bataclan
El alcalde de Londres, Sadiq Khan, pidió a los ciudadanos europeos que se “acostumbraran” a los ataques islamistas porque era algo “inevitable en las grandes ciudades”. Más allá de lo desafortunado de sus declaraciones -pues el laborista admitió que no estaban en condiciones de luchar contra el yihadismo-, sí parece que acertó en su diagnóstico: el terrorismo se ha convertido en rutina para los europeos.
Ahora, sin embargo, Francia ha decidido ir un paso más allá. El Gobierno francés permitirá que Medine, un rapero que alienta la yihad y que ha mostrado en numerosas ocasiones su connivencia con el islamismo radical, actúe en Bataclan. Una burla a la memoria de las víctimas, cuya vida fue arrebata por aquellos que comparten el ideario del músico, y sus familias que con toda seguridad recibirá el aplauso de las élites mundiales.
¿Cuándo, perdonen la expresión, se fue Europa a la mierda? ¿Cuándo decidimos bajar la cabeza ante estos atropellos? ¿Imaginan ustedes a un cantante nazi actuando en Auschwitz? En España, desgraciadamente, estamos acostumbrados. Asesinos etarras son recibidos al salir de prisión como héroes mientras buena parte de la clase política guarda silencio.
Europa, la Europa del siglo XXI como repiten en Bruselas, continúa imperturbable hacia el abismo. Bataclan sólo es el último gesto de una clase política que vive y dirige a espaldas de sus votantes. La reacción ciudadana es cada vez más visible en los principales países y es cuestión de tiempo que se extienda por todo el continente. No queda más remedio. No queda sino batirnos.