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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Víctor cuelga el delantal en MasterChef

Por Pepe G.-Saavedra

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¿Qué hay más simple pero más sabroso que una hogaza de pan? Este producto básico de la gastronomía patria aunque de elaboración bastante compleja ha sido el primer plato planteado por el jurado de MasterChef. Un capón relleno con una salsa a elegir por las aspirantes completó la primera prueba que en esta ocasión se desarrolló por parejas.

Los concursantes han tenido que valerse de sus dotes de modistos para darle unas puntadas al pavo y así evitar que el relleno se saliera del interior del animal. Pero antes tuvieron que extraerle las vísceras y los huesos al capón convirtiendo las cocinas de TVE en un auténtico matadero. Como va siendo una costumbre Carlos se coronó junto a Andrea, la cuqui para los más fieles al talent, como el mejor panadero del programa y Pablo y Kevin fueron sentenciados con una billete directo a la prueba de eliminación.

El paraíso tinerfeño, con permiso de los asturianos, fue el lugar elegido para desarrollar la prueba por equipos. Pablo y Kevin capitanearon los grupos que se enfrentaron a un curso acelerado de cocina canaria y el líder vencedor se libró de la condena directa a la fase de expulsión. Las faldas del Teide fueron testigos la tragedia y el desastre que imperaron en el desarrollo del desafío. Andrea era un mar de lágrimas, Kevin se desesperó con una Mila que desquicaría al rey de la paciencia y Fidel y Víctor estuvieron la mar de despistados. El equipo capitaneado por Kevin fue el perdedor y Pablo, que por primera vez en toda la edición no emitió ninguna clase de llanto, se salvó junto a sus compañeros y pudo observar los toros desde la barrera.

Más de 80 latas aguardaban en las encimeras de los aspirantes para elaborar un plato a partir de productos envasados. Víctor y Fidel no entendieron la propuesta de los jueces y presentaron elaboraciones que apenas pasaron por los fogones. La falta de originalidad y la poca cocina empleada en el plato procuró la expulsión de Víctor el empresario de ambientadores.

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