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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

La comunión de los divorciados y el Papa

Cuando escribo estas líneas para el número del 1 de mayo del quincenal Siempre P’Alante lo hago desde una grave preocupación. Por lo que los medios dicen que el Papa Francisco ha dicho a una argentina divorciada y vuelta a casar sobre la comunión. No podemos dar crédito, sin más, a lo que una señora y su nuevo marido manifiesten sobre una conversación telefónica que ni siquiera sabemos si se ha producido. Ni en qué términos, caso de que hubiera ocurrido. Al magisterio extraordinario y ordinario del Papa no vamos a añadir ahora el magisterio telefónico. Ése de momento no existe.

Pero hay un hecho incuestionable. Infinidad de medios se han hecho eco de lo que atribuyen al Papa, aunque por ahora sin ninguna constancia fehaciente, y éso es muy grave. Espero que pronto alguien con representación se manifieste al respecto. Aclarando que es lo que de verdad ha sucedido, si es que ha sucedido algo, y en qué términos.  Porque si lo que se dice fuera verdad hay tres sacramentos que habrían quedado gravemente tocados. El matrimonio, la eucaristía y la confesión. ¿Puede un Papa, siempre en el caso de que fuera cierto lo que se dice, alterarlos tan gravemente? ¿Y por teléfono?

Desde el respeto y el amor al Vicario de Cristo pienso que en breve aparecerá un desmentido de lo que se le atribuye al Papa. Uno más. Y ya van no sé cuántos. Los católicos no nos merecemos esa perplejidad permanente ante sus palabras. Dichas, no dichas, mal interpretadas, atribuidas, desmentidas, explicadas, contextualizadas, puntualizadas… Reclamo, Santo Padre, vivir tranquilo en mi fe y en mi afecto y respeto por su persona y no en una zozobra permanente. Misericordiéenos al respecto.

Creo que no son correctas eclesialmente dos actitudes que la dichosa conversación telefónica, caso de que se hubiera producido, y si se produjo si hubiera sido de ese modo, han trascendido. La de que el Papa que eso dice no es un Papa y la de los que han ya interpretado que todo católico divorciado y vuelto a casar puede acercarse a la comunión. Los Papas no sentencian doctrina por teléfono. Aunque si lo dicho por teléfono fuera cierto, tampoco conocemos las peculiaridades del caso, es verdaderamente grave la interpretación de que el recibir el cuerpo de Cristo la tenemos ya por cuestión abierta a todos los divorciados vueltos a casar.

Un Papa no se puede cargar la doctrina secular de la Iglesia al respecto en una conversación telefónica. Dudo que pueda hacerlo tras madura consideración y oídos  quienes tienen sobre ellos la sucesión apostólica. Habrá que ver las consideraciones sobre ello y si son admisibles o no por la Iglesia. Y la Iglesia ciertamente no soy yo aunque sea parte de ella. Me niego a creer que tengamos un cisma en el horizonte. Pero grave es ya que algunos piensen en él. No es mi caso.

Olvídese, Santo Padre, del teléfono que ya ve los líos que le arma aunque el lío lo recomiende Su Santidad. Mida sus palabras, cosa difícil en quien tanto habla y muchas veces sin atenerse a un texto, pues ya ve los follones que causan. Y lo complicado que es volver a introducir la pasta de dientes derramada en el recipiente. Tenga misericordia de infinitos católicos que quieren ser fieles a la Iglesia y que no nos merecemos, por nuestra fidelidad, tanto susto.

Terminando de redactar estas líneas me llega la rectificación vaticana. Qué ciertamente la esperaba. Me parece flojita pero eso es lo que hay. Y de algún modo pone las cosas en su sitio. Del que no deberían haber salido. No voy a hacer aquí un perfil psicológico del Papa. No soy quien para ello. Y excede de mis saberes. Creo que es autoritario y voluntarista. Supongo que le sabrán a rejalgar tantas rectificaciones de lo que le han atribuido. No suelen gustarles a quienes ejercen el mando en plaza. Pues en lo sucesivo dígnese Su Santidad el evitárnoslas. Ni Su Santidad queda bien ni sus hijos, que le amamos, nos las merecemos.

Esta es la rectificación vaticana del P. Lombardi:

“Declaracion del Director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede

En el ámbito de las relaciones personales pastorales del Papa Francisco ha habido diversas llamadas de teléfono.

Como no se trata absolutamente de la actividad pública del Papa no hay que esperar informaciones o comentarios por parte de la Oficina de Prensa.

Las noticias difundidas sobre esa materia -ya que están fuera del ámbito propio de las relaciones personales- y su amplificación mediática no tienen por lo tanto confirmación alguna de fiabilidad y son fuente de malentendidos y confusión.

Por lo tanto hay que evitar deducir de esta circunstancia consecuencias relativas a la enseñanza de la Iglesia”

Estoy seguro de que esta declaración ha sido consultada con el Papa y que se ha hecho encaje de bolillos para redactarla. Así ha salido. A algunos les parecerá insuficiente. Era necesaria y a mí me basta. Aunque no me entusiasme. Lo que me entusiasmaría es que en lo sucesivo nos ahorre Su Santidad más desmentidos, exégesis, puntualizaciones, rectificaciones y demás. Tantas cosas buenas como nos dice es lástima que periódicamente otras nos suman en la perplejidad. Aunque luego se aclaren. Más o menos.

 

 

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