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EL PRESIDENTE DE BOLIVIA VISITÓ A AMLO PARA RENDIRLE PLEITESÍA

López Obrador construye un nuevo Eje Rojo Iberoamericano

Foto: EuropaPress
Foto: EuropaPress

Los líderes izquierdistas de Iberoamérica están viajando a México para presentarse ante Andrés Manuel López Obrador. Su objetivo es ponerse a la disposición del nuevo “hermano mayor” del pueblo hispanohablante, quien construye su liderazgo en un nuevo Eje Rojo latinoamericano.

El martes 24 de marzo, le tocó el turno a Luis Arce, presidente de Bolivia, emanado del partido Movimiento al Socialismo (MAS) de Evo Morales –quien fuera rescatado por AMLO en un avión militar de la Fuerza Aérea Mexicana el 12 de noviembre de 2019–.

El presidente mexicano se lleva muy bien con los líderes socialistas. Ejemplo de ello es su relación con Evo Morales, Luis Arce o Alberto Fernández –quien vino a finales de febrero a México–. También destaca la relación del izquierdista mexicano con el régimen de Cuba, que cobró cerca de $6,2 millones de dólares a la nación norteamericana por enviar  a sus médicos.

El episodio más recordado de la afinidad de AMLO con los tiranos socialistas data de su primer día en el cargo, cuando invitó a Nicolás Maduro a su toma de protesta pese a las fuertes críticas de la oposición por recibir a un dictador que sólo ha dejado pobreza entre nuestros hermanos de Venezuela.

No pocos se preguntan en México por qué este ejercicio de buenas relaciones públicas internacionales sólo se extiende a liderazgos con ideologías afines, y no incluye, por ejemplo, a Jair Bolsonaro, presidente de la economía más fuerte en América del Sur, la de Brasil. La respuesta es sencilla: cada vez se afianza más el protagonismo y liderazgo de AMLO con los socialistas de América.

Una de las jugadas subliminales en todas estas reuniones es la operación de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), en la que los izquierdistas ven una opción para hacer contrapeso a la Organización de Estados Americanos (OEA), actualmente presidida por Luis Almagro.

La CELAC agrupa a todos los países de América Latina, pero sin la presencia ni el peso de Estados Unidos y Canadá.

https://twitter.com/LuchoXBolivia/status/1374494553709764609?s=19

A decir verdad, la CELAC ha sido presidida por gobiernos de derechas e izquierdas desde su fundación en 2010 en México, como heredera del Grupo de Río, fundado en 1986. López Obrador ostenta la presidencia de la Comunidad desde el 7 de enero de 2020.

La han presidido Sebastián Piñera, Laura Chinchilla y Jeanine Añez, como también Raúl Castro, Rafael Correa, Evo Morales y AMLO, quien estaría por finalizar su periodo, a menos que éste pudiera renovarse.

Actualmente los izquierdistas de Iberoamérica quieren mostrar unidad para oponerse a la OEA y presionar a Almagro, quien se pronunció a favor de Añez cuando Evo salió de Bolivia para evitar responder ante la justicia.

En noviembre de 2019, Almagro declaró que en la nación andina hubo «un golpe de Estado cuando Evo Morales cometió fraude electoral”. Hoy, con Luis Arce en la presidencia, el poder judicial boliviano tiene en la cárcel a la expresidenta Añez, al menos por seis meses.

Morales quiso ver rodar la cabeza de Almagro, acusándolo de tener las “manos manchadas de la sangre de los bolivianos”.   Luis Arce también busca derrocarlo. Esa es una de las razones de su visita a México, y no lo oculta. En lugar de acoger el llamado de la OEA para dejar en libertad a Jeanine Áñez, el gobierno boliviano advirtió que gestionaría acciones contra el Secretario General, por sus «reprochables» actos.

Por supuesto, contaría con el apoyo de AMLO, quien resultó ser admirador de la economía boliviana.

«Evo Morales logró en Bolivia distribuir la riqueza que antes quedaba en una minoría o se iba al extranjero», aseguró el mexicano en una declaración que podría erizar la piel de cualquier liberal o anticomunista.

AMLO reconfortó el alma de su amigo Luis Arce al asegurar que para México es “muy satisfactorio” que se haya recuperado la “democracia” en Bolivia y que se lograra “sin mucha violencia”. La “democracia” de la que habla no es la de Añez, sino la de Evo y Arce.

Resulta interesante que en las visitas de Alberto Fernández y Luis Arce el mandatario tabasqueño ofreciera ayudar a aliviar la deuda pública de Argentina y Bolivia.

En el caso de Argentina, AMLO habría negociado con el Fondo Monetario Internacional en favor del gobierno kirchnerista. Misma gestión que hizo con Larry Flynt, de  Blackrock, para obtener rebajas y flexibilidad en los pagos para el gobierno sudamericano.

Foto: EuropaPress

En junio de 2019, AMLO firmó con El Salvador, Honduras y Guatemala el Plan de Desarrollo Integral para Centroamérica, con el que les enviaba $100 millones de dólares de apoyo, con la meta de frenar la migración ilegal. Poco se sabe sobre el uso de esos dineros.

El tema de fondo realmente no es la gestión de la deuda de Argentina o de Bolivia, ni dar apoyos para apaciguar la migración, sino cómo todo esto ayuda a solidificar el liderazgo de AMLO en Iberoamérica. En esta estrategia juega un rol activo el canciller Marcelo Ebrard.

Asimismo, al gobierno de la 4T le preocupa el «intervencionismo» de la OEA en temas electorales, pues es evidente que si López Obrador tiene planes para perpetuarse en el poder, dicho organismo no estaría de su lado.

Por eso el gobierno mexicano ha pedido a la Organización de Estados Americanos abstenerse de “intervenir en los asuntos internos de Bolivia”, cuando Almagro simplemente clamó por un juicio justo para Añez.

Es paradójico que a AMLO también le hayan solicitado no intervenir en temas internos de Bolivia, en 2019.

Karen Longaric, la entonces canciller de Añez, señaló al presidente mexicano de intentar junto a los regímenes de Cuba, Nicaragua, y Venezuela –en coordinación con Evo Morales– expandir el socialismo al inmiscuirse en asuntos propios de Bolivia.

Hoy vemos que lo señalado por la canciller es una realidad, empezando por haber obtenido el comando de la CELAC y buscar la cabeza de Almagro. Mientras tanto, China ronda por el continente tendiendo la mano e invirtiendo en los países con gobiernos izquierdistas.

Según datos del 2020 publicados por el Centro de Estudios Diálogo Interamericano, China le ha prestado a Venezuela $62 mil millones de dólares; a Argentina $17,100 millones de dólares; a Bolivia $3,400 millones de dólares; y a México $1000 millones de dólares.

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