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LA CRISIS MIGRATORIA NO TIENE EL MISMO IMPACTO POLÍTICO EN EEUU QUE EN MÉXICO

AMLO se beneficia de la crisis migratoria provocada por Biden

Foto: EuropaPress
Foto: EuropaPress

En la frontera de México con Estados Unidos se vive un gran caos por la llegada de decenas de miles de migrantes centroamericanos que tienen la esperanza de que Biden los deje pasar a su país.

El nivel de la crisis no se ha visto en los últimos 20 años. Sobra decir que esta situación no se vio en la administración del expresidente Donald Trump.

El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, no parece perder un solo punto de popularidad por la crisis de los migrantes. Este martes 23 de marzo su aceptación permanecía en un 57.6%, según el tracking poll publicado por El Economista, hecho por Consulta Mitofsky.

https://twitter.com/Mitofsky365/status/1374268208237137921?s=19

La crisis migratoria que trae de cabeza a la administración Biden-Harris, no parece afectar en México al partido del gobierno, MORENA, de cara a las elecciones del 6 de junio.

Según datos de Massive Caller, en 5 estados donde ya iniciaron las campañas, Morena va de puntero en tres: Colima, Guerrero, y Sonora. Este año se renuevan 15 gubernaturas en total.

Tal vez, en el mejor escenario, la oposición podría ganar entre 4 y 7 entidades de las 15 en juego. Pero la estructura que ha desplegado ya el gobierno, con su asistencialismo, complica las cosas para todo lo que no huela a 4T. Al menos, por ahora.

En cambio, según una reciente encuesta de Reuters/Ipsos, un 41% de lo encuestados aprobó el manejo de Biden del sistema de inmigración, mientras que un 45% lo desaprobó.

Si ponemos el foco en la opinión de los republicanos, un 78% lo desaprobaron. En la tolda demócrata, el 73% se dijo conforme.

Pero el presidente de México no luce nada alterado por la situación. Muy distinto del grito en el cielo que muchos sectores estadounidenses han elevado al respecto, pues cerca de 100 mil inmigrantes han sido detenidos en la frontera sólo durante febrero.

AMLO atiende el problema, pero antes que poner el acento en el tema humanitario y garantizar sus derechos humanos de los migrantes –o bien en complacer al vecino del norte–, centra su atención en que Estados Unidos respete a México y su soberanía.

Incluso dijo que la reunión que sostendría este martes su canciller Marcelo Ebrard con Roberta Jacobson, ex embajadora de Estados Unidos en México, y quien ahora se encarga de temas fronterizos para la Casa Blanca, no se trataba de una “supervisión” de la actuación mexicana. Ante los ojos del presidente eso sería inaceptable, pues México no es una colonia, sino un país independiente y soberano.

En el encuentro de Ebrard con Jacobson, en el que también participó el colombiano Juan González, director del Consejo de Seguridad Nacional para el Hemisferio Occidental, de Estados Unidos, sólo se abordaron los mecanismos de cooperación para promover una migración “ordenada, segura y regular en la región” y para proteger los derechos humanos, especialmente de los menores de edad. Lo anterior, según la parte mexicana.

Sin embargo, según la información difundida por la Secretaría de Relaciones Exteriores de México, ambos países podrían estar en sintonía para buscar evitar estos flujos migratorios desordenados, a través de “impulsar mecanismos de cooperación internacional para el desarrollo del norte de Centroamérica”. Es decir, inyectar fondos, generar empleos y poner en marcha programas sociales para Honduras, El Salvador y Guatemala.

En su conferencia mañanera de este martes, AMLO reconoció que ya había logrado que Estados Unidos destinara “4 mil millones de dólares a proyectos de desarrollo en Centroamérica y el sur de México, pero sobre todo Centroamérica”.

En la única entrevista que ha dado Donald Trump luego de su presentación exitosa en el CPAC en Orlando el pasado domingo 28 de febrero, concedida al programa en podcast de Lisa Boothe este lunes, el neoyorkino recalcó su buena relación y afecto por Andrés Manuel López Obrador.

Eso sí, el estadounidense dijo que en su momento amagó a México con poner aranceles a nuestros productos, si el gobierno mexicano no ponía freno a la migración ilegal.

La respuesta de México en el mundo de la real politik –no la de los discursos bonitos– llegó a mediados de 2019, cuando desplegó a cerca de 25 mil soldados entre las fronteras norte y sur.

En la frontera sur y el Istmo de Tehuantepec se asignaron 10 mil 500 elementos de las Fuerzas Armadas. Se dispusieron 19 embarcaciones en el Golfo, el Caribe y el Pacífico. Un operativo que abarcó Chiapas, Oaxaca, Campeche, Quintana Roo, Veracruz y Tabasco.

También, se asignaron 15 mil integrantes de la Guardia Nacional y el Ejército para contención en la frontera norte.

Con eso se contuvieron hace dos años esas olas que no parecen venir solas, sino alentadas y hasta financiadas por alguna mano poderosa, que no pocos atribuyen a George Soros, quien donó 2.5 millones de dólares en 2009 a una ONG llamada “La Familia Latina Unida” que facilita traslados de las caravanas de migrantes. Lo anterior, según el analista Bill O’Reilly, de FOX News.

Antes de dejar la presidencia, Trump viajó a Álamo, en la frontera sur. Desde ahí se despidió de su homólogo mexicano, a quien agradeció haber dispuesto “27 mil soldados” para que evitaran el paso de migrantes a Estados Unidos.

Al gobierno de México se le criticó diciendo que el verdadero “muro” fronterizo eran sus soldados, pero eso fue en la era de Trump, ante los amagos de imponer aranceles. Hasta ahora no hemos visto a Biden amagar a México de forma alguna.

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