«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
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LESTHER ALEMÁN, OPOSITOR AL RÉGIMEN EN LA CLANDESTINIDAD

‘Como opositor a Ortega estoy preparado para la cárcel o la muerte’

Lesther Alemán, opositor nicaragüense, en entrevista con La Gaceta de la Iberosfera

Como autor de estas líneas no puedo describir las circunstancias que rodean la entrevista realizada a Lesther Alemán, quien se encuentra en la clandestinidad en Nicaragua.

Lo único que puedo describir es la pared blanca que escogimos para el encuadre de esta entrevista. Todo pensado para no dar pista del punto geográfico donde se lleva a cabo nuestra reunión.

En este país, que se enfrenta a una creciente ola represiva por parte de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo, los pocos dirigentes que quedan en libertad temen –con justa razón– que sus días en familia estén contados.

Alemán asegura estar preparado para dos escenarios: cárcel y muerte.

De este joven de 23 años he escuchado todo tipo de comentarios. Hay quien aprecia enormemente su valor al confrontar a Daniel Ortega durante la rebelión cívica de 2018, pero hay otros –dentro de esta fragmentada oposición– que lo ven como un “aparecido” o un “aprovechado” en busca de fama.

Innegables son sus palabras aquel día de mayo de 2018, cuando se puso de pie ante el dictador y su esposa para increparlos por los ataques a la población civil.

“Usted sabe muy bien el dolor que hemos vivido en 28 días ¿pueden dormirse todos tranquilos? ¡Nosotros no hemos dormido tranquilos! Estamos siendo perseguidos, somos estudiantes y ¿por qué estoy hablando y por qué me salto la palabra suya? Porque nosotros hemos puesto los muertos, nosotros hemos puesto los desaparecidos, los que están secuestrados, nosotros los hemos puesto”, dijo Alemán con tono firme en aquella mesa de “diálogo” en la que terminó pidiendo la salida del poder del tirano y recordándole el “genocidio” cometido.

Su vida cambió aquel día. Desde entonces han pasado tres años de persecución. 

Alemán asegura que antes de aquella fecha era apático de la política en Nicaragua. Su involucramiento ha requerido un proceso de adaptación que pasa por la renuncia de las metas habituales de un joven. La dictadura cooptó también el escenario en el que los “chavalos” construyen los sueños y las metas para sus vidas.

“Ser joven en Nicaragua parece ser delito y más cuando sos opositor. Si te involucras dentro del oficialismo te adoctrinan. Si sos opositor te persiguen, te encarcelan y te matan (…) El problema es que nos robaron la dignidad y a partir de 2018 parece recuperarse”, comenta.

Su juventud, reconoce, hizo que subestimara a Ortega en aquellos días.

“Llegué al Diálogo Nacional como un joven de 20 años muy ilusionado, creyendo que como un nicaragüense más él iba a escuchar e iba a responderle a un país. Si subestimarlo era confiar en que alguien en su proceso cuerdo, político y cívico iba a lograr darle una solución a este país, sí lo hice. Creí que en ese momento la represión iba a acabar e iban a dejar de disparar contra civiles. Pensé que iban a contestarle a Nicaragua con un proceso electoral creíble”, admite.

Alemán emprendió una gira internacional poco después de su encuentro con Ortega. Ello hizo pensar a muchos que había asumido el exilio como forma de activismo político contra la dictadura, algo que niega. Rebate también a quienes consideran que su posterior regreso al país estaba precedido por un pacto con el sandinismo para lavarles la cara.

Es absurdo porque yo regresé para ser parte del cambio y del proceso electoral. Nunca regresé para librar a Ortega de ser señalado a nivel internacional ni a su régimen de ser totalitario y perseguidor. Nunca salgo con la idea de exiliarme ni regreso con la idea de correr”, asegura.

“En los primeros meses de 2018 parecía ser que los cambios serían inmediatos. Yo pensé que era cuestión de días”, admite.

Hoy, Nicaragua se enfrenta a unas elecciones sin garantías de respeto a los principios democráticos. Sin embargo, la Alianza Ciudadana, a la que Alemán pertenece, insiste en participar en los comicios, al considerar que Ortega busca precisamente que la oposición se abstenga de acudir al proceso.

Pese a la presión de la opinión pública para que hubiese un acuerdo de unidad, antes de las recientes cancelaciones de personerías jurídicas, la oposición terminó dividida en dos bloques: la Coalición Nacional (que usaría la personería del Partido Restauración Democrática –ya revocada–) y la Alianza Cívica (que cuenta con Ciudadanos por la Libertad).

“Muchos precandidatos se comunicaron con Ciudadanos por la Libertad, pues consideraban que el PRD no era un vehículo seguro para acudir a las elecciones, pero ese no era un mensaje atractivo para las redes o el público. Los costos políticos de decir lo que no es atractivo no quieren pagarlos. Necesitábamos un vehículo seguro que permitiera la competencia para la candidatura a presidente y las candidaturas a diputados”, comenta.

“La Coalición Nacional es una creación nuestra como Alianza Cívica con la Unidad Nacional Azul y Blanco. Pretendíamos que fuera un porta-avión de todas las organizaciones. El problema fue que cuando organizaciones jóvenes como la mía –Alianza Universitaria Nicaragüense– decidimos ingresar a la plataforma, nos negaron la entrada pero ¿cómo me vas a negar la entrada a la casa que hemos ayudado a edificar? Se estaba dando preferencia a lo tradicional”, denuncia Alemán, quien reconoce que es un “aparecido en la política” que cuestionó las decisiones de los partidos tradicionales que habían estado implicados en pactos con el sandinismo.

Durante nuestra conversación le pedí que dejara un mensaje a su país en caso de que fuese detenido. La entrevista completa está disponible en Gaceta TV.

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