El pasado 4 de febrero en el barrio de Guinardó de Barcelona, en el distrito de Horta, un hombre de 50 años de edad que residía en dicha zona con su mujer y sus dos hijos desde hacía más de 20 años, fue brutalmente asesinado cuando regresaba de un pequeño negocio que regentaba en la calle Telègraf. El atracador, que sabía que este pequeño autónomo llevaba la recaudación encima, le clavó una cuchillada y huyó dejándole malherido.
En el lugar de los hechos fue asistido por el Sistema de Emergencias Médicas, pero media hora después se confirmó el fallecimiento. El asesino, un joven de 20 años de origen marroquí con varios antecedentes policiales por numerosos hurtos, fue detenido horas después y el pasado sábado a disposición judicial.
Dos días después, el sábado día 6, tres jubilados de Canet de Mar en Barcelona, que acostumbran a pasear cada día por la playa del Cavaió hasta la localidad de Arenys de Mar, eran asaltados en plena caminata por un grupo de jóvenes de origen magrebí para robarles. Los tres vecinos trataron de defenderse como pudieron y uno de ellos recibió un hachazo que precisó de diecisiete puntos de sutura.
Los Mossos d’Esquadra lograron detener a los agresores y, según fuentes del Ayuntamiento de Arenys de Mar, dos de los atacantes fueron localizados poco antes de la medianoche al saltarse el confinamiento y estar bebiendo alcohol en la vía pública. Por su lado, fuentes de Canet de Mar añaden que ambos jóvenes ya habían sido protagonistas de otros altercados en la localidad.
Solo un par de días separan ambos sucesos. Algo cada vez más habitual en la provincia de Barcelona y otros puntos geográficos de Cataluña, que ven cómo jóvenes procedentes del Magreb son cada vez más los protagonistas en robos, agresiones o numerosos episodios de desorden público como ya sucediese el pasado verano en algunos locales de ocio nocturno en la localidad de Sitges (Barcelona).
El 80% de los delincuentes de Barcelona son extranjeros
Así aparecía reflejado en los informes internos de Guardia Urbana y los Mossos según una información publicada por el diario La Razón el pasado mes de septiembre de 2019. Por aquel entonces la Ciudad Condal vivía una oleada de delitos en los barrios más humildes de la ciudad, donde los principales protagonistas eran extranjeros.
Según recogían estos documentos ocho de cada diez delincuentes no eran españoles. Así lo explicaba en el citado medio, Eugenio Zambrano, uno de los representantes sindicales de la Guardia Urbana, «no tiene nada que ver con el racismo, es una estadística y la obvian. No vamos a estigmatizar ni etiquetar a nadie, pero es un dato que no se puede negar a la sociedad».
Los datos de ambos institutos armados reflejaban que los robos con violencia e intimidación eran sobre todo llevados a cabo por sujetos de nacionalidad magrebí. En cuanto a delitos relacionados con el tráfico de drogas los paquistaníes y sudamericanos eran los principales protagonistas.
Según afirmaba Zambrano para La Razón, estos tipos de delincuentes encontraban en la Barcelona de Ada Colau su «particular paraíso» debido a que la presión policial en la ciudad es mucho menor que en cualquier otro punto del territorio nacional. «Ha traído a nuestra ciudad la epidemia de la delincuencia y ha desbordado el sistema policial y el judicial», señalaba este representante de CSIF.
Los delitos de inmigrantes africanos en Cataluña aumentan más de un 115% en 6 años
Las últimas estadísticas del INE, referentes a delitos cometidos en Cataluña en 2019, arrojan que, de un total de 71.655 infracciones penales, 31.752 han sido cometidas por extranjeros. Poco más de un 15% de la población, según la misma fuente, ha cometido más del 40% de los delitos en la comunidad catalana.
Si bien la citada cifra resulta cuanto menos alarmante, lo resulta aún más cuando estrechamos el cerco según el continente de origen de estos delincuentes. Acorde a los datos que recoge el Instituto Nacional de Estadística, del total de 31.725 delitos, más de 9.500 (9.667) han sido protagonizados por inmigrantes de origen africano. Origen que se sitúa, en cuanto a cifras, por encima de las infracciones cometidas por extranjeros procedentes de América, Asia u Oceanía.
Si atendemos a la proporcionalidad dentro de esos más de 31.000 delitos perpetrados por población foránea, más del 30% son protagonizados por inmigrantes de nacionalidad africana, que según arrojan las estadísticas del INE, suponen apenas un 4% de la población total en Cataluña. O lo que es lo mismo, solo ese 4% (304.738 de 7.675.217 habitantes) de la población es protagonista en más del 13% de las infracciones que tuvieron lugar durante el año 2019 en Cataluña.
Llama también poderosamente la atención el aumento exponencial del numero de actos delictivos llevados a cabo por este sector poblacional. Si atendemos a las cifras el Instituto Nacional de Estadística, en el año 2013 las infracciones cometidas por población inmigrante de origen africano ascendían a un total de 4.445, sin embargo, fue en el año 2016 y coincidiendo con la entrada de Carles Puigdemont como presidente de la Generalidad de Cataluña, cuando la cifra aumento considerablemente hasta los 7.642 delitos. Un total de 7.642 en 2017, 8.175 en 2018 y 9.667 en el año 2019. Es decir, un aumento superior al 115% (117,5%) durante el periodo comprendido entre 2013 y 2019.
Por último, si atendemos a datos por provincias en Cataluña, más del 70% de estos delitos perpetrados por inmigrantes de procedencia africana se han llevado a cabo en Barcelona (6.981), un 11.47% en Gerona, el 9.8% en Tarragona y un 6.45% en Lérida.