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Sobre él pesaba una orden internacional de búsqueda y captura

Detectan a un terrorista islamista en una embarcación con destino a Lampedusa

Policía italiana. EUROPA PRESS
Policía italiana. EUROPA PRESS

A finales de junio de 2015 cientos de turistas disfrutaban de un día de playa frente al hotel de cinco estrellas Imperial Marhaba en la ciudad turística de Susa (Túnez). Era casi mediodía cuando un hombre vestido de negro aparecía en mitad de la playa con un fusil de asalto. Se trataba de Seifeddine Rezgui, de 23 años de edad, sostenía una gran sombrilla con la que trataba de ocultar el kalashnikov que hacia las 11:45 horas terminó sacando para abrir fuego contra todos los bañistas que en aquella mañana de verano disfrutaban de un caluroso día en el que se superaban ligeramente los 30 grados.

Seifeddine Rezgui

Según contaron algunos testigos de lo ocurrido, Rezgui permaneció durante 30 minutos abriendo fuego contra todos los turistas que había en estos momentos en la playa tunecina. “Se reía mientras avanzaba disparando indiscriminadamente mientras se abría paso entre la multitud, por la playa hasta el área de la piscina del hotel, atravesando el edificio y regresando nuevamente a la zona de baño”, recogieron algunos medios locales.

Cuando fue abatido por los agentes tunecinos había acabado con la vida de 38 personas dejando también un total de 39 heridos. De los fallecidos, un total de 30 eran británicos. Todos estaban disfrutando de un paquete de vacaciones en Túnez.

Desde los atentados del 7 de julio de 2005, en Londres, sigue siendo el atentado que mayor pérdida de vidas británicas se ha cobrado a causa del terrorismo.

Seifeddine Rezgui era de la localidad de Gaafour, al noroeste de Túnez, durante los años anteriores al atentado había sido influenciado en algunos centros salafistas de su ciudad.

Amigos y familiares entrevistados por medios de comunicación locales confesaron que en su día llegó a viajar a Libia al parecer para recibir entrenamiento militar. El secretario de Interior tunecino, Rafik Chelli, afirmó que las investigaciones habían revelado que el mismo año del atentado, en enero, viajó a dicho país acompañado de otros jóvenes de Túnez que más tarde acabaron siendo los autores del atentado al Museo del Bardo que acabó con la vida de 22 personas. También viajó a Libia en marzo, durante las vacaciones académicas de primavera.

Británicos fallecidos durante los atentados de Susa

En todo momento trató de aparentar normalidad. Después de sus procesos de radicalización regresó a la universidad donde continuó con sus estudios aprobando la carrera docente el 29 de mayo. Familiares y vecinos de su ciudad natal dijeron que jamás habían notado cambios en Rezgui. Su madre, Radhia Manai, declaró a la prensa que su hijo había sido también una víctima porque fue radicalizado.

Según una intensa investigación de la BBC a través de varios documentos que fueron filtrados al programa “Panorama”, el cabecilla del ataque al Museo del Bardo, el atentado en la playa de Susa, y agente radicalizador de Rezgui, fue identificado con el nombre de Chamseddine al-Sandi. Sobre él se dictó una orden internacional de búsqueda y captura. Desde entonces, siempre se ha creído que Chamseddine al-Sandi seguía ocultándose en Libia.

Los guardacostas tunecinos detienen a Chamseddine al-Sandi

Así lo ha revelado el conocido digital suizo NZZ am Sonntag a través de una exclusiva para sus suscriptores. El autor intelectual de los atentados terroristas en Túnez y captador de decenas de jóvenes tunecinos fue sorprendido el pasado mes de mayo cuando se encontraba en una embarcación junto a un total de 27 inmigrantes ilegales de nacionalidad tunecina que se dirigían hacia la isla de Lampedusa (Italia).

Chamseddine al-Sandi

Conforme a la información recogida por el NZZ, el portavoz del sindicato de la Guardia Costera Tunecina fue quien informó a través del periódico “Tunisie Numérique” de la detención de al-Sandi. Más adelante se impuso el silencio informativo y no se dio más detalles sobre la operación.

Como se ha citado con anterioridad, Chamseddine al-Sandi fue el cerebro de los atentados de 2015 en la playa en Susa y el Museo del Bardo. El primer juicio por los sucesos comenzó a mediados del 2017, un total de 21 jóvenes fueron señalados como colaboradores en estos atentados y todos describieron a al-Sandi como el cabecilla e instructor de ambos ataques terroristas. Así, afirmaron que entrenó e instruyó a los terroristas en un campamento libio.

Hasta su detención se pensaba que el joven captador del ISIS había muerto en febrero de 2016 durante un ataque aéreo estadounidense contra un campamento de milicias terroristas del Estado Islámico al oeste de Libia. A comienzos del año 2019, el tribunal condenó a un total de siete acusados a cadena perpetua. Al-Sandi no fue condenado porque se le dio por muerto durante el transcurso del proceso judicial.

Según el periodista libio Mohammed Ali Milad, investigador sobre la inmigración ilegal y el yihadismo en Libia, Chamseddine al-Sandi pasó años en el oeste de Libia y luchó en la Batalla de Trípoli en 2019. A principios de 2021 intentó huir sin éxito en dos ocasiones a Italia. Este era el tercer intento del terrorista tunecino de llegar a suelo europeo, en esta ocasión, desde su propio país.

La relación entre terrorismo e inmigración ilegal

El pasado mes de enero fueron detenidos en Barcelona tres yihadistas, dos libios y un marroquí que habían viajado hasta la Ciudad Condal con intenciones de preparar unos atentados de forma inminente. Acorde a lo revelado por fuentes de la investigación, los tres presuntos terroristas accedieron a España a través de la ruta Argelia – Almería. Utilizaron la vía de la inmigración ilegal para llegar a España sin ser detectados. Lo hicieron en una embarcación desde suelo argelino evadiendo todo tipo de controles en los puertos de origen.

Yihadistas detenidos en Barcelona

Si nos remontamos a octubre del año pasado, dos yihadistas alineados con Al Qaeda -y de nacionalidad marroquí- fueron detenidos en Melilla y Mogán (Gran Canaria). Fuentes de las FCSE revelaron que los detenidos eran seguidores de la corriente Takfir, la misma de la célula que atentó en Cataluña en 2017. De los dos terroristas detenidos, el de Mogán llegó a las Islas Canarias a través de las rutas de la inmigración ilegal provenientes de la zona de El Aaiún.

Yihadista detenido en Mogán (Canarias)

En este punto, no podemos obviar la detención Adel Abdel Bari. De origen británico, Bari estuvo combatiendo en Siria con el Estado Islámico. Era uno de los Foreign Terrorist Fighters-FTF de DAESH más buscados de Europa. Se ocultaba en Almería y, según revelaron las investigaciones, accedió a la provincia andaluza a través de la ruta argelina, en una embarcación rápida procedente de la zona de Orán.

Detención de Abdel Bari y sus aliados en Almería

Los mencionados ejemplos son solo un apunte sobre casos recientes en España. Cada vez es más habitual la presencia de este tipo de perfiles altamente radicalizados en las rutas de la inmigración ilegal. Suelen aprovechar momentos de vulnerabilidad en materia de seguridad en los que las condiciones marítimas permiten el ‘modus operandi’ de las mafias. En el Mediterráneo Central aprovechan la presencia de las ONG para tratar de acceder a Europa a través de sus trayectos.

Esta realidad ya ha sido denunciada desde las FCSE, que solicitan constantemente al Ministerio del Interior una mayor atención a las actuales rutas de la inmigración ilegal y medidas que ayuden a relajar la alta presión migratoria aprovechada por estos terroristas para acceder a Europa.

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