El economista y político Javier Milei y el periodista Diego Sucalesca moderaron el esperado debate entre el politólogo, escritor y colaborador de La Gaceta de la Iberosfera Agustín Laje y la escritora Gloria Álvarez sobre si un libertario puede o no estar a favor de la despenalización del aborto, en contra del derecho a la vida desde la concepción hasta la muerte natural.
Laje comenzó su intervención con dos silogismos interconectados que concluyen que un libertario no puede apoyar el aborto.
El primero tiene como premisa mayor «el libertarismo fundamenta su filosofía práctica, es decir, su ética y su política, en el principio de no agresión», y como premisa menor «matar a un ser humano inocente violenta el principio de no agresión». Por tanto, en conclusión: «el libertarismo no admite la matanza de seres humanos inocentes».
Y un segundo silogismo que tiene como premisa mayor «matar a un ser humano inocente violenta el principio de no agresión» y como premisa menor «un feto humano es un ser humano inocente». En conclusión, «matar un feto humano violenta el principio de no agresión».
La pregunta sobre la despenalización del aborto y sobre si un libertario puede estar a favor, a su juicio, depende de cuándo empieza a existir ese ser humano inocente al que hay que proteger de los demás… y manifiesta que empieza desde la fecundación con arreglo a la biología, la genética, a la metafísica y a la biopolítica.
En este sentido, manifestó que con arreglo a la biopolítica «el aborto ya sea despenalizado o legalizado siempre es una política estatal, siempre tiene detrás una política de control demográfico».
Álvarez, por su parte, no respondió a los silogismos planteados por Laje y citó a gran cantidad de autores como argumentos de autoridad. Así, se centro en el contexto histórico del movimiento libertario, aseveró que el 71% actualmente de los libertarios es «pro elección» y manifestó que «los crímenes se cometen contra otro individuo que ya está separado de un cordón umbilical».
Laje señaló que «alguien es un ser humano por su ser y no por la realización actual de ciertas operaciones» y subrayó que la concepción actualista de Álvarez era propia de los «totalitarias». «No estás siendo coherente con la antropología libertaria».
