«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
La Gaceta de la Iberosfera
Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.
los postulados progres destruyen la autoridad, el esfuerzo y la meritocracia

Educación: el alma de la juventud está en juego y la izquierda lo sabe

Niños andan en fila por el pasillo de su colegio. Europa Press

El alma de la juventud está en juego y la izquierda lo sabe. Lo ha sabido siempre y, como decía Gramsci, apoderarse de los jóvenes es fundamental porque «la realidad está definida con palabras, por lo tanto, el que controla las palabras controla la realidad». Ser consciente de ello ha conferido al PSOE una ventaja formidable sobre su rival.

Enfrente, la derecha ha estado a otras cosas más importantes (política para adultos, ya saben) como hacer rico a los amigos privatizando sectores estratégicos, entregar la educación a Pujol o llamar pactos de Estado al permanente chantaje del PNV. El acuerdo Aznar-Arzalluz de 1996 descubrió el pastel autonomista: «He conseguido más en 14 días con Aznar que en 13 años con Felipe González», confesó el líder separatista vasco. Acaso la historia de España desde 1978 es la de un boxeador que arrincona a golpes a su oponente que recula hacia las cuerdas con el PNV de árbitro. 

Quienes reivindican las luces de la Ilustración devolvieron la Religión a las catacumbas, lugar -seamos francos- al que todo laicista aspira a enviar la cruz

Ahora nos lamentamos de que el Gobierno haya fulminado del currículo la Filosofía, la Historia y las Matemáticas. La primera, sustituida por Valores Cívicos y Éticos (catecismo laico), mientras que las otras dos mantienen el nombre aunque han sido pasadas a cuchillo. A partir de ahora la Historia ya no se estudiará de forma cronológica, lo que equivale a eliminarla. Y en las matemáticas han borrado de un plumazo la regla de tres y los números romanos en primaria, mientras que en la ESO y el Bachillerato han suprimido el teorema del seno y el coseno, el teorema de Cramer, el teorema de Bolzano, los algoritmos y han retrasado el estudio sobre el sistema de ecuaciones. 

Como sabemos que todo lo que no es tradición es plagio, el santoral progre elimina a los clásicos por un engendro llamado Educación en Valores Cívicos y Éticos. Esta nueva asignatura está dividida en tres bloques. El primero trata sobre “desarrollo sostenible y ética ambiental” y los alumnos estudiarán los derechos de los animales, la emergencia climática, la ética de los cuidados, el ecofeminismo, los Objetivos de Desarrollo Sostenible (o sea, Agenda 2030) o la perspectiva biocéntrica.

La degradación educativa cuenta con numerosos culpables por acción u omisión (…). Los postulados progres han destruido la autoridad, el esfuerzo y la meritocracia sin apenas resistencia

El segundo bloque, titulado “sociedad, justicia y democracia”, incluye la memoria democrática, la igualdad de género, los derechos LGTBIQ+, las formas de Estado y tipos de Gobierno, la guerra y el terrorismo, el voluntariado, la lucha contra la pobreza o los impuestos.

El último bloque habla de “autoconocimiento y desarrollo de la autonomía moral”, y en él se profundiza en cuestiones como la educación afectivo sexual, las emociones y los sentimientos, o las conductas adictivas. La Filosofía, por tanto, es aniquilada como antes lo fue el Latín, suponemos que por venganza contra Julio César por no incluir la perspectiva de género en La Guerra de las Galias.

Pero antes que el Latín, la Historia o la Filosofía, quienes reivindican las luces de la Ilustración devolvieron la Religión a las catacumbas, lugarseamos francosal que todo laicista aspira a enviar la cruz. Esta visión progresista impuesta en los colegios desde 1978 ha arrebatado la dimensión espiritual a la juventud española. Ese vacío, desde luego, ha sido rellenado con creencias acientíficas como la ideología de género o el fanatismo climático. Pero también de materialismo. Y si no, que se lo digan a los obispos: ironías de la vida, quienes hace apenas 10 años asaltaron una capilla en la Complutense al grito de “hay que quemar la conferencia episcopal” hoy meten dinero en las arcas de la Iglesia anunciando en la COPE el spot del Ministerio de Igualdad por el último 8-M, día internacional de la mujer. Pero esa es otra historia. 

Hasta la feminista de cuota más ignorante o el chamán climático saben que sin Filosofía, Historia ni clásicos sus disparates -auténtica mercancía averiada- serán más fáciles de imponer

No hay duda, por tanto, de que la degradación educativa cuenta con numerosos culpables por acción u omisión. Así, los postulados progres han destruido la autoridad, el esfuerzo y la meritocracia sin apenas resistencia. El último hito de la ley Celaá es la imposición del aprobado general, negación del esfuerzo y castigo perpetuo para los alumnos de familias más humildes, pues igualando a todos en la mediocridad se elimina el ascensor social, única herramienta que los pobres tienen para prosperar.

En lugar de apostar por un sistema educativo que genere a jóvenes críticos y bien formados, el mainstream progre aspira a hincar el diente a las masas borreguiles y conformistas, cada generación peor preparada que la anterior. Hasta la feminista de cuota más ignorante, el aliado deconstructor de la masculinidad o el chamán climático saben que sin Filosofía, Historia ni clásicos sus disparates -auténtica mercancía averiada- serán más fáciles de imponer. Con ello nacería un hombre nuevo, rasgo mitológico de todo totalitarismo.

Claro que en esta depauperación del sistema educativo ha habido quien ha intentado remediarlo. Aunque fuera tímidamente. Uno de ellos fue José Ignacio Wert, primer ministro de Educación de Rajoy, que trató de revertir la hegemonía socialista en las aulas. Quiso, entre otras cosas, devolver el peso del Estado a las regiones nacionalistas. Durante una sesión de control se atrevió a decir que su objetivo era «españolizar a los niños catalanes». En vano, fue crucificado por toda la prensa sistémica (desde Pedro J -entonces en El Mundo- a Prisa pasando por Atresmedia o Mediaset) y traicionado por don Mariano, que cedió ante el ataque de la izquierda política, mediática y sindical (camisetas verdes), que vio amenazado su coto privado, la educación pública, que entiende suyo por derecho. Naturalmente, la carrera política de Wert -como la de Gallardón con el aborto- acabó aquí por meterse en terrenos que el sistema concede a la izquierda.

Como sucede en otros ámbitos de la vida, cuando la realidad choca con la ideología ocurren fenómenos extraordinarios. Uno de ellos es el niño de Canet de Mar, cuyos padres pusieron contra las cuerdas a la Generalidad catalana reclamando el derecho de su hijo a recibir la educación en su lengua materna, el español, aunque sea en el ridículo 25% de las materias como establece la ley. Otro fenómeno paranormal es que profesores progresistas confiesen en privado que sus alumnos demandan el retorno de la autoridad en las aulas. Mientras eso llega, aprobado general. 

TEMAS |
.
Fondo newsletter