«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
'Denunciar la dictadura de mi país no es fácil'

El embajador de Nicaragua ante la OEA denuncia la represión de la dictadura de Ortega: ‘Tengo que hablar aunque tenga miedo’

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El dictador de Nicaragua Daniel Ortega. Europa Press

El embajador de Nicaragua ante la Organización de los Estados Americanos (OEA), Arturo McFields Yescas, ha denunciado con dureza al régimen de Ortega ante el Consejo Permanente de la entidad, que es considerada el principal foro gubernamental político, jurídico y social de toda América.

“Tomo la palabra el día de hoy en nombre de más de 177 presos políticos y más de 350 personas que han perdido la vida en mi país desde el año 2018”. Así ha comenzado el conmovedor testimonio del embajador nicaragüense este miércoles.

“Tomo la palabra en nombre de los miles de servidores públicos, de todos los niveles, civiles y militares, de aquellos que hoy son obligados por el régimen de Nicaragua a fingir, a llenar plazas y repetir consignas, porque si no lo hacen pierden su empleo”, ha señalado Yescas.

Denunciar la dictadura de mi país no es fácil, pero seguir guardando silencio y defender lo indefendible es imposible”, ha afirmado el embajador.

Yescas ha confesado que, “aunque tenga miedo”, tenía que hablar. “Tengo que hablar, aunque mi futuro y el de mi familia sean inciertos”, ha confesado. “Tengo que hablar porque si no lo hago las piedras mismas van a hablar por mí”, ha añadido citando las Escrituras.

Yescas, que fue nombrado embajador por el dictador Daniel Ortega el pasado octubre, ha contado cómo, antes de que su país anunciara su retirada de la OEA, tuvo una reunión virtual en Cancillería y un equipo de asesores presidenciales. “En ese encuentro, yo sugerí que se considerara liberar al menos a unos 20 presos políticos de la tercera edad y a otros 20 reos comunes cuya salud merecía y merece especial consideración”.

“Esto sería, les dije, algo humanitario y políticamente inteligente, ya que nadie debe morir en la cárcel, y menos siendo inocente, o por falta de atención médica adecuada, o por no tener atención médica del todo”, ha revelado Yescas.

El embajador ha explicado que nadie le hizo caso. “En el Gobierno nadie escucha, y nadie habla. Lo intenté varias veces, durante varios meses, pero todas las puertas se me cerraron”.

Yescas ha asegurado que la diplomacia es necesaria “en momentos difíciles”, en crisis “democráticas” como las que vive su país. “Sin embargo, lo que me he encontrado en estos meses, lo que pasa en Nicaragua, supera mis pocas capacidades diplomáticas”, ha confesado.

“Desde el año 2018, Nicaragua se convirtió en el único país de Centroamérica, y probablemente de Latinoamérica, donde no hay periódicos impresos, no hay libertad de publicar un simple tuit, de un comentario en las redes sociales, no hay organismos de derechos humanos”, ha denunciado, “todos fueron cerrados, expulsados, o clausurados”.

“No hay partidos políticos independientes, no hay elecciones creíbles, no existe separación de poderes, sino poderes fácticos”, ha continuado.

Yescas ha indicado como este año «se han empezado a confiscar las universidades privadas» y «se han cancelado 137 ONGs». «170.000 nicaragüenses han huido del país, y otros siguen huyendo mientras yo estoy hablando en este momento», ha lamentado.

A pesar de esta situación, Yescas tiene esperanzas. «Aunque pareciera que todo está perdido y que el panorama está nublado como este día de hoy, yo creo firmemente que hay esperanza«.

«La gente de dentro del Gobierno, y la gente de fuera, está cansada. Cansada de la dictadura y de sus acciones«.

«Cada vez van a ser más los que digan basta, porque la luz siempre puede más que las tinieblas, porque el amor es más fuerte que el odio, porque se puede engañar a la gente por un tiempo, pero no todo el tiempo. Pero Dios a veces tarda, pero nunca olvida«, ha concluido Yescas.

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