Recientemente, el presidente de Colombia Iván Duque mencionaba en una entrevista para el medio Semana algunas apreciaciones sobre su posición política, la de su partido, el Centro Democrático, la relación con su mentor, el expresidente Álvaro Uribe Vélez, sus planes como futuro expresidente del país y pensamientos sobre el próximo año electoral, 2022.
Extremo centro
El presidente se refirió a su posición política como de “extremo centro”, al igual que la de su partido y la del expresidente Uribe. Hizo alusión a esta posición como el acto de pensar en los equilibrios y en la democracia; añadió también que la seguridad, el emprendimiento, el desarrollo empresarial –y demás temas relevantes para el país– no debían tener un tinte de derecha o izquierda.
En cuanto a la posición del Centro Democrático, el presidente afirmó que este, desde su fundación, sentó bases ideológicas que también han estado enfocadas en el centro. Incluso agregó que nunca se había aumentado tanto el gasto social como lo hizo Álvaro Uribe.
Con respecto a su mentor político, mencionó la amistad y el respeto por los cuales se caracteriza su relación.
Candidaturas en 2022 y su vida de expresidente
De cara al 2022 –año de elecciones–, sin dar lugar a acusaciones a título personal de ciertos líderes de la política colombiana, el presidente admitió los retos que se tienen y la necesidad latente de construir país.
Con respecto a su futuro rol de expresidente en dos años, Duque afirmó que seguirá trabajando en temas ambientales, de tecnología y transición energética. Buscará construir una escuela de liderazgo social en las regiones, una escuela de gobierno que llegue a la Colombia profunda con el fin de generar oportunidades. Volverá a escribir, a la cátedra y la academia.
Por otro lado, es recurrente que se cuestione una posible candidatura de Tomás Uribe, hijo del expresidente Uribe para el próximo mandato. Ante las preguntas Duque enfatizó en su cercanía con él.
“Si el camino que él traza es el de participar en política, pues bienvenido”, dijo.
JEP
Con respecto a la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), Duque enumeró los preceptos de “verdad, justicia, reparación y no repetición” con las que fue fundada por el gobierno anterior en los acuerdos de paz.
Afirmó que, en el aspecto de la reparación, los máximos responsables no han entregado los bienes, no han dicho la verdad frente al reclutamiento forzoso de menores, las violaciones a mujeres, las prácticas abortivas forzosas; y tampoco han dado información sobre narcotráfico.
“Como sociedad queremos una verdad sustentada, no artificiosa”, enfatizó el presidente.
En cuanto a la seguridad, salió a relucir el nombre de Venezuela, desde donde operan los guerrilleros de las FARC. El presidente afirmó que “vamos a seguir dando golpes”.
“Sabemos dónde han operado los criminales y sus sistemas de protección”, aseguró.
La extrema derecha
El presidente reiteró sus posturas políticas, pero se alejó de lo que él denomina “extrema derecha” al interior de su partido. Hace un llamado al “extremo centro” que defiende como su tesis principal desde su campaña.
Lo que el líder no considera es que fueron los votos también de esa “extrema derecha” los que posibilitaron no solo su victoria, sino también y más importante aún, la derrota del líder de izquierda Gustavo Petro.
Fueron esos votos los que permitieron que Colombia no cayera en el modelo socialista recalcitrante que tanto promueve Petro y espera imponer si llega a tomar las riendas del país.
Duque no se aleja de la realidad al afirmar que Uribe es de centro. Si bien fue un muro de contención para que el Foro de São Paulo no se tomara el país en épocas donde toda la región parecía condenada a no revertir su rumbo hacia la izquierda miserable, y continuó siéndolo después de su mandato –prueba de ello es haber puesto a Duque de presidente–, no es posible ahora hablar de que Uribe fuese pro libre empresa, libre mercado o inversión. Cosa que se reafirma con propuestas tales como la prima extralegal para los trabajadores, los aumentos del salario mínimo, la reducción de la jornada laboral y la protección a ciertas industrias.
Tampoco se aleja Duque de la realidad al decir que es de “extremo centro”, pues durante su mandato ha creado más burocracia, aumentado el gasto público –incluso durante una crisis como la actual–, y ha cedido terreno ante cada nuevo paro que hacen diferentes grupos de interés. Esto a costa de perder esos electores de “extrema derecha” que también votaron por él.
Duque busca acercarse al “centro izquierda” que, por pura oposición, jamás admitirá que haya hecho algo bueno.
Si bien todavía vamos por la mitad del mandato –el 50% del recorrido ha sido recibiendo el país de Santos y el otro 50% atendiendo una pandemia con retos globales–, es posible evaluar su paulatina distancia con respecto a figuras del Centro Democrático que marcarán decisiones importantes en términos de candidaturas para el 2022.