El Papa Francisco ha recibido en audiencia al primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, en la que ha sido la primera visita al extranjero del mandatario húngaro desde que este fuera reelegido por quinta vez ―la cuarta consecutiva― el pasado 3 de abril.
La audiencia, que ha tenido lugar esta mañana en la Biblioteca Apostólica del Vaticano, ha durado 40 minutos. “Estoy contento con su presencia aquí”, le dijo el Papa a Orbán cuando este apareció por la puerta.
Tras el encuentro, el primer ministro de Hungría atendió a los medios de comunicación, a los que dijo que aceptar la invitación de la Santa Sede seguía “una gran tradición húngara”.
Orbán destacó los esfuerzos de Francisco para promover la paz y añadió que su visita tenía un significado especial a la luz de la guerra en Ucrania. Hungría también se esfuerza por lograr la resolución pacífica más rápida posible del conflicto, agregó el mandatario según recoge Hungary Today.
Respondiendo a una pregunta, Orbán dijo que había invitado formalmente al Santo Padre a realizar una visita oficial a Hungría en 2023 y reveló que había recibido “una respuesta alentadora”.
Orbán recordó que su país ha recibido hasta ahora el mayor número de refugiados ucranianos ―en proporción a su población―, un total de 640.000 personas. “Estamos realizando la operación humanitaria más grande de todos los tiempos, por la cual estamos recibiendo reconocimiento y respeto en todo el mundo”, comentó. Durante la audiencia, Francisco se refirió a esto y “nos animó a no abandonar este buen hábito”.
El primer ministro húngaro destacó la sintonía con la Santa Sede respecto a la importancia de la familia. “Todos nosotros aquí en Roma, en el Vaticano y en Budapest pensamos que la familia es la comunidad más importante de nuestro tiempo. El último refugio y el puerto más seguro para el hombre en este mundo moderno es la familia. Por eso debemos movilizar todos nuestros esfuerzos para proteger y fortalecer a esta comunidad humana tan importante en nuestra era moderna, y podemos contar con el Santo Padre en este empeño”, afirmó Orbán.
Orbán entregó a Francisco varios regalos: dos libros relacionados con Béla Bartók ―un músico húngaro―, una colección de discos de ópera y un volumen de 1750 con el Oficio de las Horas de Semana Santa en inglés y en latín, recoge Vatican News.
El Pontífice, por su parte, regaló a Orbán una pieza de bronce que representa a san Martín de Tours ―santo nacido en la actual Hungría― protegiendo a los pobres, dándoles parte de su manto. Al presentar este presente, el Papa comentó: “He elegido esto para ti, San Martín, que eres húngaro, y he pensado que ustedes, los húngaros, están recibiendo a todos estos refugiados en este momento”. Francisco también le regaló algunos documentos de su pontificado.
Este ha sido el tercer encuentro del Papa Francisco con Viktor Orbán. El primero tuvo lugar el 28 de agosto de 2016, cuando el Santo Padre recibió a un grupo de líderes y parlamentarios cristianos europeos que asistían a una reunión.
La segunda vez fue el 12 de septiembre de 2021, durante la visita de Francisco a Budapest, donde acudió para clausurar el Congreso Eucarístico. Este encuentro generó una gran expectación por parte de los medios de comunicación, que veían a los dos protagonistas como antagónicos respecto a sus posturas sobre la inmigración.
El #Papa ha regalado al primer ministro de #Hungría Víctor Orban un medallón de bronce que representa a San Martín protegiendo a los pobres:
— Eva Fernández (@evaenlaradio) April 21, 2022
“Se lo regalo pensando en la llegada de tantos #refugiados de #Ukraine”
Regalos que también son #Diplomacy
📹VaticanMedia@cope @TRECE_es pic.twitter.com/vK6bw5eCXy
Durante el vuelo de vuelta de este viaje, el Papa fue preguntado sobre su encuentro con Orbán. Según señaló Francisco, en la reunión, en la que estaban, además de Orbán, el entonces presidente de la República de Hungría, János Áder, y el viceprimer ministro de Hungría, Zsolt Semjén, se habló sobre ecología y sobre la legislación húngara “para ayudar a las parejas jóvenes a casarse y tener hijos”, la cual calificó de “interesante”. El Papa aclaró que no se habló sobre inmigración.
