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Aseguró que 'emularía' al genocida comunista

Enrique Santiago, nuevo secretario de Estado de Agenda 2030: defensor de Lenin y representante de las FARC

Enrique Santiago, nuevo secretario de Estado de Agenda 2030. EUROPA PRESS

El portavoz de Unidas Podemos en el Congreso y encargado del Modelo de Estado, Justicia e Interior de Izquierda Unida Enrique Santiago, será el nuevo secretario de Estado para la Agenda 2030 como parte del proceso de remodelación que está llevando a cabo el Gobierno tras la salida de Pablo Iglesias.

El también presidente del Partido Comunista de España (PCE) sustituirá a Ione Belarra que pasa a ser la ministra de Derechos Sociales. Santiago no es, ni mucho menos, un desconocido en el mundo político: su siniestro currículum da para escribir varias páginas.

Santiago es Secretario General del PCE y uno de los hombres más cercanos de Pablo Iglesias. En reiteradas ocasiones se ha declarado acérrimo seguidor y defensor del asesino Lenin e incluso llegó a asegurar que «emularía» al citado genocida. Fue en una entrevista de la revista ‘Mongolia’ en la que afirmó que no tendría reparos en fusilar al Rey y a su familia. En el encuentro, que fue recuperado por el ahora candidato del Partido Popular en Madrid Toni Cantó, el dirigente comunista se deshizo en elogios hacia Lenin y se mostró absolutamente dispuesto a liderar la toma del Palacio de la Zarzuela si se diese la ocasión: «Un señor que organizó un proceso revolucionario en un país que era prácticamente feudal, era uno de los países en ese momento en el mundo con más gente empobrecida y fue capaz de la nada de organizar la construcción de un Estado alternativo, pues, francamente, ¡yo me quito el sombrero!».

Su cercanía con comunistas y asesinos no se limita a regímenes del pasado, el nuevo encargado de la Agenda 2030 también tiene sonadas y probadas relaciones con Colombia y los terroristas de las FARC. Abogado de profesión, fue el representante jurídico de las FARC durante las vergonzosas negociaciones de paz con los terroristas que dirigió el Gobierno de Juan Manuel Santos.

Santiago no es el típico abogado al que se calificaría como defensor de las ‘causas perdidas’. Su experiencia profesional le relaciona con terroristas y corruptos procedentes de Iberoamérica. Tal y como señaló en 2020 el diputado de VOX, Víctor González Coello de Portugal en la Comisión de Exteriores del Congreso, también es abogado del tirano Rafael Correa, expresidente de Ecuador y condenado a ocho años de cárcel por el Caso Sobornos.

El líder comunista defiende a terroristas, como es el caso de las FARC en Iberoámerica, pero también los defiende en España. En una de sus declaraciones más sonadas sobre ETA, pidió al Estado «pleno conocimiento para todas las víctimas del terrorismo», en alusión a los presos etarras y equiparando a víctimas y verdugos. La polémica entonces no se quedó ahí, también llegó a exigir en una entrevista disculpas del Gobierno para los presos: «Ha llegado el momento de que el Estado pida perdón por el uso de la tortura y las prácticas de terrorismo de Estado».

En sus intervenciones en el Congreso también ha querido blanquear los crímenes comunistas. En la Comisión Constitucional de la Cámara baja, aseguró que «equiparar nazismo con cualquier otra ideología es banalizar el mal y los crímenes contra la humanidad que perpetraron Hitler y Mussolini. El único régimen político que ha planificado y ejecutado la eliminación sistemática de forma industrial de colectivos y pueblos enteros ha sido el nazismo», olvidando que el comunismo, un régimen que todavía sigue vigente en algunos países y que se defiende con impunidad, ha matado a más de cien millones de personas en todo el mundo.

El Gobierno, también ajeno a la condena del comunismo, de hecho el Congreso ha rechazado recientemente una proposición no de ley para equiparar el “totalitarismo comunista” y el “totalitarismo nazi”, sigue premiando a políticos que, en muchos casos no tienen experiencia o que, como en este, casi sería mejor que no la tuvieran.

El nuevo Secretario de Estado para la Agenda 2030 cobrará más de 100.000 euros al año. Según recoge el Boletín Oficial del Estado, su salario será de, al menos, 77.500 euros, una cantidad a la que hay que sumar complementos de ‘productividad’. Su predecesora en el cargo, Ione Belarra, ganó 118.248 euros por once meses y medio de actividad.

Pese al nuevo puesto, Santiago no dejará su escaño en el Congreso ni sus cargos orgánicos en Izquierda Unida.

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