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POR LA OBSESIÓN CRIMÁTICA

La candidata de Biden como Controladora de la Divisa desea en público la ruina de la industria del petróleo

Perforadoras de petróleo en California. Reuters

Si a un norteamericano de 1980 se le dijera que la encargada de regular la divisa en Estados Unidos en 2021 iba a ser una mujer nacida y formada en la Unión Soviética, ganadora del Premio Lenin y autora de una tesis titulada ‘El Análisis Económico de Karl Marx y la Teoría de la Revolución en El Capital’, concluiría que su país perdió la Guerra Fría frente a la URSS. Y ni siquiera estamos seguros de que, en algún sentido, no tuviera razón.

La locura ‘woke’ y directamente comunista parece cada día más cómodamente instalada en una administración estadounidense que, como señalábamos el otro día, goza cada vez de menor popularidad. El (pen)último ejemplo lo ha protagonizado la candidata de Biden (es un modo de hablar) para dirigir la Oficina de Control de la Divisa (OCC), Saule Omarova, partidaria de «cambiar la actividad bancaria tal como la conocemos». Y ahora anhela dejar sin trabajo a millones de estadounidenses que trabajan en el sector energético.

En declaraciones realizadas en marzo y aparecidas en un vídeo viral esta semana, Omarova defendía la necesidad de crear una Autoridad Nacional de Inversión (NIA) que «facilitase un crecimiento estructural sostenible y socialmente inclusivo», especialmente cuando una crisis del sistema exija un reparto excepcional de ayudas aprobado por el Congreso.

«La NIA podrá negociar el accionariado de empresas privadas que reciban ayudas públicas». Y, a continuación, llega la bomba: «Un montón de actores menores en la industria [del carbón y el petróleo] probablemente quebrarán en breve; al menos, queremos que quiebren para hacer frente al cambio climático».

Omarova, que podría convertirse en un agente clave de la política económica norteamericana, es una prueba más de que no solo la presente administración norteamericana está copada por radicales determinados a cambiar radicalmente el modelo de Estados Unidos en una dirección de izquierdas, sino que las políticas propuestas para combatir el cuestionable terror del milenio, el Cambio Climático Antropogénico, están destruyendo las estructuras de producción que han dado prosperidad a Occidente durante décadas.

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