El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, sigue revirtiendo las políticas de Donald Trump al frente de la Casa Blanca en materia de inmigración y aplicando una «nueva estrategia» de acogida de extranjeros.
A la política de puertas abierta cabe sumar que más de tres millones de personas obtendrían de forma inmediata la ‘tarjeta verde’ que permite la residencia legal en el país si prospera en el Congreso la Ley de Ciudadanía que promueve el presidente, Joe Biden, en su mayoría inmigrantes ilegales que llegaron al país norteamericano hace años.
El Instituto de Política Migratoria (MPI, por sus siglas en inglés) ha estimado que casi 3,3 millones de personas se beneficiarían de esta reforma, entre ellos más de 1,3 millones de ‘dreamers’, como se conoce a quienes llegaron junto a sus padres indocumentados.
Otros 1,1 millones corresponde a trabajadores del sector primario, a lo que se sumarían 342.000 más si se tienen en cuenta a cónyuges e hijos menores de edad. Además, el estudio cifra en 279.000 los potenciales beneficiarios dentro del Estatus de Protección Temporal que se concede a determinados colectivos.
La ley que aún está en trámite, impulsada por varios demócratas, esboza un plan para que los once millones de inmigrantes indocumentados que viven en Estados Unidos puedan tener la nacionalidad en un plazo de ocho años. Y llevaría a la primera regularización masiva de inmigrantes en 35 años.
La aprobación de la ley no es segura por las ajustadas mayorías demócratas. En la Cámara Baja ya hay congresistas del Partido Demócrata que la han cuestionado y han avisado de que tendrá efectos electorales «catastróficos», especialmente en distritos fronterizos.
