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VENEZUELA CELEBRA UNAS ELECCIONES FRAUDULENTAS Y SIN GARANTÍAS

Los aliados que sostienen al régimen criminal chavista

Casi dos años después de que Juan Guaidó diera el paso de proclamarse presidente encargado de Venezuela con la vista puesta en la salida del tirano Nicolás Maduro del poder, el heredero de Hugo Chávez se dispone a celebrar unas elecciones parlamentarias fraudulentas y sin garantías democráticas en las que su formación, el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), se hará con la mayoría.

Pese a la campaña de presión diplomática, las sanciones llevadas a cabo contra Maduro y su entorno más cercano abanderadas por la Administración de Donald Trump en Estados Unidos y la dramática crisis económica, social y humanitaria que vive el país, el chavismo sigue aferrándose al poder. Y todo frente a una oposición que continúa dividida y, a veces, se muestra tibia y cómplice con el régimen criminal.

El principal motivo es que el apoyo del Ejército a Maduro no se ha resquebrajado. Esto se explica por el enorme peso que el estamento militar tiene no solo en la política venezolana, sino también en su economía. Desde que en 2013 tomara las riendas del país, Maduro ha seguido aumentando de forma gradual los privilegios que ya había venido otorgando Hugo Chávez a los rangos superiores.

Hoy, tras dos décadas de nula oposición al proyecto izquierdista, los socios socialcomunistas de Maduro gobiernan España con el apoyo de sediciosos condenados y el brazo político de la banda terrorista ETA

Según un informe del ‘think-tank’ Crisis Group de 2019, Venezuela tenía más de 2.000 generales y almirantes activos y retirados frente a los menos de 1.000 de Estados Unidos. Como resultado, «los altos mandos ahora controlan sectores enteros de la economía, ocupan importantes cargos políticos y administrativos y supervisan la seguridad interior del país».

La sucursal chavista está en el Gobierno de España

Pero si Maduro sigue al mando en Venezuela también se debe a que cuenta con poderosos aliados fuera del país y redes como el Foro de Sao Paulo y el Grupo de Puebla.

Papel importante tiene el expresidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, defensor de todas y cada una de las fechorías del régimen y figura clave de la narcodictadura en Europa. El esbirro del chavismo labró el terreno para que el actual presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, importara de la mano del comunista Pablo Iglesias y su partido Podemos el socialismo del XXI al país.

Hoy, tras dos décadas de nula oposición al proyecto izquierdista, los socios socialcomunistas de Maduro gobiernan España con el apoyo de sediciosos condenados y el brazo político de la banda terrorista ETA.

El criminal régimen castrista, su aliado ideológico

El régimen comunista de Cuba, base del crimen organizado, es su aliado ideológico y sigue desempeñando un fuerte papel asesor en asuntos internos y de política exterior en Venezuela, legado de la estrecha amistad que unió durante años a los dictadores comunistas Hugo Chávez y Fidel Castro. Muertos ambos, la relación se ha mantenido por la «necesidad mutua de auto preservación».

Un cambio de régimen en Venezuela representa, por tanto, una «amenaza existencial» para el castrismo

La isla sigue dependiendo del petróleo venezolano y Cuba sigue ofreciendo apoyo de Inteligencia y monitorizando las actividades domésticas y militares, principalmente a través de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM).

Funcionarios cubanos no solo desempeñan un papel central a la hora de planificar y torturar a disidentes y manifestantes sino que entrenan a los agentes venezolanos en técnicas de interrogatorio, incluidos métodos de tortura. Un cambio de régimen en Venezuela representa, por tanto, una «amenaza existencial» para el castrismo.

El respaldo islamista: Irán y Turquía

Sin duda el apoyo de Irán ha sido el más evidente en los últimos meses. La teocracia islámica ha enviado varios barcos con petróleo a Venezuela en medio de la grave carestía. La relación, de larga trayectoria -Venezuela fue uno de los primeros países en reconocer al régimen de los ayatolás tras la Revolución de 1979-, se sustenta sobre todo en su posición común como enemigos de Estados Unidos más que en el beneficio económico.

Mientras Chávez estuvo en el poder, Venezuela fue para Irán la puerta de entrada para su expansión económica y diplomática en Hispanoamérica, principalmente en Ecuador, Bolivia y Nicaragua. Con Hasán Rohaní ya en el poder y la llegada de Maduro, la relación se enfrió, aunque parece haberse recuperado en los últimos tiempos en medio de la creciente presión internacional sobre ambos.

Turquía ha sido la última incorporación a este grupo de apoyos internacionales. El acercamiento entre los dos países ha venido gestándose por la política cada vez más anti-estadounidense adoptada por Recep Tayyip Erdogan.

«Para Turquía, Venezuela es un actor periférico de relativamente poco significado geopolítico o económico. Por contra, para Venezuela, Turquía es un salvavidas económico y político en medio de las cada vez más sofocantes sanciones y del aislamiento diplomático», destacan los expertos, que ponen como ejemplo el tráfico de oro que Venezuela ha llevado a cabo con Turquía para poder comprar alimentos.

China y Rusia también suman

Entre los aliados está China, cuyo cortejo como alternativa a Estados Unidos comenzó con Chávez y para 2015 Pekín ya había prestado al país más de 64.000 millones de dólares y colaboraba en numerosos sectores. Sin embargo, la muerte de Chávez y la caída del precio del petróleo llevó a los prestamistas chinos a mostrarse más cautos. «Aunque el presidente Xi Jinping siguió cooperando con el régimen de Maduro, la financiación se canalizó principalmente mediante ‘joint venture'», muchas de las cuales estaban diseñadas para fortalecer la producción petrolera del país. En 2012, Venezuela recibía el 64 por ciento de los préstamos chinos a América Latina pero la cifra cayó al 10 por ciento para 2016.

En la actualidad, Pekín mantiene su apoyo a Maduro, puesto que Caracas aún debe 20.000 de los más de 64.000 millones de dólares prestados desde 2008.

Asimismo, Rusia se ha convertido en los últimos años en uno de los mayores aliados de Caracas a pesar de que, como subrayan Moisés Rendón y Claudia Fernández en un artículo para el ‘think-tank’ Centro para los Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS), a priori no hay razones para comprender esta apuesta de Moscú. «Para Nicolás Maduro, la asociación con Rusia es esencial. Sin tener mucho en cuenta el riesgo comercial o financiero, Rusia actúa como prestamista de último recurso, ayuda a Venezuela a evitar las sanciones petroleras, fomenta las campañas de desinformación y ofrece suministros militares al régimen de Maduro», resumen.

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