El expresidente izquierdista de Uruguay Tabaré Vázquez, que murió el pasado domingo a los 80 años de edad, vetó el aborto en su país asegurando que la legislación no podía «desconocer la realidad de la existencia de vida humana en su etapa de gestación, tal como de manera evidente lo revela la ciencia».
En el año 2008, el Frente Amplio logró aprobar la legalización del aborto -en las doce primeras semanas de gestación- tanto en el Congreso como en el Senado, pero Vázquez, entonces presidente de la República, hizo uso de su derecho constitucional de veto asegurando que había «consenso» en que el aborto es «un mal social que hay que evitar» y recordando que el número de abortos aumentó en los países en los que se había legalizado.
«El verdadero grado de civilización de una nación se mide por cómo se protege a los más necesitados», dijo, al tiempo que llamó a «proteger más a los más débiles». «Porque el criterio no es ya el valor del sujeto en función de los afectos que suscita en los demás, o de la utilidad que presta, sino el valor que resulta de su mera existencia», añadió.
Tabaré Vázquez, médico de profesión, reafirmó su apoyo a la objeción de conciencia: «Al regular la objeción de conciencia de manera deficiente, el proyecto aprobado genera una fuente de discriminación injusta hacia aquellos médicos que entienden que su conciencia les impide realizar abortos, y tampoco permite ejercer la libertad de conciencia de quien cambia de opinión y decide no realizarlos más».
Y cargó contra la calificación del aborto como «acto médico»: «El proyecto, además, califica erróneamente y de manera forzada, contra el sentido común, el aborto como acto médico, desconociendo declaraciones internacionales como las de Helsinki y Tokio (…) reflejo de los principios de la medicina hipocrática que caracterizan al médico por actuar a favor de la vida y de la integridad física».
A su juicio, era más adecuado «buscar una solución basada en la solidaridad» que permitiera «promocionar a la mujer y a su criatura, otorgándole la libertad de poder optar por otras vías y, de esta forma, salvar a los dos«.