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ENTREVISTA CON OTTO REICH, EXSUBSECRETARIO DE ESTADO PARA EL HEMISFERIO OCCIDENTAL DURANTE EL GOBIERNO BUSH

‘Ortega perdería con un candidato único de la oposición y elecciones libres’

El tirano de Nicaragua, Daniel Ortega y su esposa, Rosario Murillo. Reuters

Para el exsubsecretario de Estado de Estados Unidos para asuntos del hemisferio occidental, Otto Reich, el cerco de obstáculos que Daniel Ortega ha creado para limitar los espacios de participación de la oposición en los próximos comicios de noviembre es porque está claro que “no ganaría” en unas elecciones libres y con una oposición unida alrededor de un candidato único.

“No hay un nicaragüense que se parezca más a [Anastasio] Somoza que Daniel Ortega, en términos conducta y carácter. La razón por la cual Ortega ha tomado estas acciones es porque él sabe muy bien que no puede ganar una elección libre y donde haya dos candidatos [del Frente Sandinista y de la oposición]”, aseguró.

La Asamblea Nacional dominada por el partido de Ortega, el FSLN, aprobó a finales de 2020, cuatro leyes dirigidas a bloquear los espacios de la oposición: “Ley de Defensa de los Derechos del Pueblo a la Independencia, la Soberanía y Autodeterminación para la Paz”; la Ley de Agentes Extranjeros; la Ley de Cadena Perpetua; y la Ley Especial de Ciberdelitos.

Se trata de las “herramientas legales” creadas por el oficialismo para inhibir candidatos, bloquear el acceso a fondos externos, reprimir, enjuiciar y encarcelar a opositores. La recién aprobada reforma a la Ley Electoral, afianza el cerco de inhibiciones y restricciones contra la oposición.

Ortega canceló las personerías jurídicas a dos partidos políticos. La Alianza Ciudadanos por la Libertad es la única vía opositora que hasta ahora podría participar en las elecciones y que ha abierto sus puertas nuevamente a precandidatos de la Coalición Nacional –que aglutina a los disidentes sandinistas que gobernaron con Ortega en la década de los 80, y a otros grupos–.

Reich, que posee una larga carrera diplomática y se desempeñó como asesor especial del secretario de Estado (1983-1986) para América Latina y el Caribe durante la administración del presidente Ronald Reagan, conoce bien la situación de Nicaragua desde la llegada del sandinismo al poder durante la primera dictadura. Considera que una oposición dividida favorecería las pretensiones de Ortega para permanecer en el poder.

“Desafortunadamente la oposición en Nicaragua como en muchos países latinoamericanos se divide y con ello dividen los votos antigubernamentales. Terminan dándole la victoria a candidatos minoritarios como Ortega”, subrayó el diplomático.

Ese escenario predominó en el 2006, cuando Ortega ganó con solo el 38%, y con una oposición dividida, lo que le permitió retornar al gobierno después de 16 años. Desde entonces permanece en el poder y se perfila como el candidato del FSLN, que en 42 años nunca ha tenido a otro aspirante.

“Ahí hay culpabilidad por parte de otros políticos que hicieron acuerdos con Ortega pensando que se iban a beneficiar personalmente, pero no hay honor entre ladrones”, acotó Reich en relación a las elecciones de 2006 en las que el sandinismo retornó al poder.

El pacto entre Ortega y el entonces presidente liberal Arnoldo Alemán (1997-2002) suscrito en 1999, pretendía la alternabilidad en el poder de los dos partidos, la repartición de cargos del Estado, y redujo el porcentaje para la elección presidencial a un 35%.

Unidad de la oposición

“Si la oposición lograra unirse alrededor de un solo candidato, y si las reglas del juego son limpias y transparentes, Ortega no gana las elecciones”, aseveró.

Reich señaló que hay gente que alega que Ortega es todavía popular.

“Sí, igual lo era en el 90. Recuerdo cuando las encuestadoras, los llamados expertos, y la prensa dijeron en enero de 1990 que Ortega iba a ganar las elecciones. Estuve en un programa de televisión que era de SIN [Spanish International Network], que después se convirtió en Univisión, y donde todo mundo pronosticaba que Ortega ganaría. Yo dije que Ortega ganaba si esas elecciones eran corruptas y si se podían manipular, pero de lo contrario perdería las elecciones. Se burlaron de lo que dije, pero ganó doña Violeta (Barrios de Chamorro) porque había muchos expertos en elecciones y observadores internacionales, de la OEA, Estados Unidos, expresidentes como el propio Jimmy Carter –una de las pocas veces que francamente hizo un buen trabajo–, y otros que vieron que Ortega había perdido esas elecciones”.

Sanciones

De lograr Ortega permanecer en el poder a través del fraude sería declarado un gobierno ilegítimo y el escenario para Nicaragua sería de más sanciones.

“Sin duda, ya se le han impuesto sanciones individuales al gobierno de Ortega, pero si lo que resulta de estas elecciones es un gobierno ilegítimo, que el mundo pueda ver que es el resultado no solo de fraude el día de las elecciones necesariamente, sino de las reglas del juego tergiversado, creado con el propósito de la reelección de Ortega, sin duda que habrá sanciones no solo por parte de Estados Unidos, también de Europa y de muchos otros países”, sentenció.

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