«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
¿LOGRARÁ LA OPOSICIÓN SU OBJETIVO?

‘Va Por México’: La alianza que busca quitarle el poder absoluto a AMLO

Como regalo de Navidad adelantado llegó la formalización de la alianza opositora entre PAN, PRI y PRD denominada “Va por México” para postular candidatos comunes en al menos 171 de los 300 distritos electorales federales para la renovación de la Cámara de Diputados el año que entra. Donde 57 serían para el PAN, 60 para el PRI y 54 para el PRD.

La alianza parcial, si bien es un verdadero esperpento ideológico, representa una esperanza de contención a la concentración del poder que López Obrador ha venido afianzando en los primeros dos años de su sexenio.

En pocas palabras, quiero entender que la lógica de esto sería: “olvidemos por un momento nuestras diferencias para derrotar al poderoso enemigo común. Una vez que se recuperen los equilibrios democráticos y los contrapesos institucionales, ahora sí nos damos en la madre”.

La obtención de la mayoría en la cámara baja también representa una valiosa oportunidad para enderezar el rumbo en materia económica, ya que como facultad exclusiva de los Diputados Federales esta la de aprobar el Presupuesto de Egresos de la Federación.

Los dirigentes de los institutos políticos hicieron un evento virtual para realizar el anuncio, un día antes de la fecha límite para registrar los convenios de coalición ante la autoridad electoral.

Prometieron cuidar las candidaturas de personajes sin solvencia moral y enfocar los esfuerzos en “cuidar a México, sus instituciones, la libertad, apostar por el federalismo, el respeto al municipalismo, el combate a la corrupción y el fortalecimiento democrático”.

El partido que más jaloneos internos tuvo frente a la coalición fue Acción Nacional. La molestia de varios militantes ante la unión del PAN con el enemigo natural por más de 80 años –el PRI– es totalmente válida, aunque al haber sido abanderada por un par de impresentables, impidió que las críticas tuvieran algo de eco. 

Quizá la misma resistencia se presentó en el Revolucionario Institucional, pero la misma permaneció discreta porque en ese partido la disciplina ante las decisiones de la dirigencia nacional es sacramental.

En el de la Revolución Democrática no habría mucho de que quejarse, de hecho, este convenio les resulta altamente beneficioso, ya que el partido del Sol Azteca se encuentra en peligro de extinción y las alianzas son lo único que los separa de la temible pérdida del registro. 

Por fortuna, el ausente en esta alineación que se perfila para arrebatarle la mayoría legislativa al partido en el poder, es Movimiento Ciudadano. Un partiducho que se vende como opositor, pero no es más que un satélite al servicio del presidente y que competirá por el mismo segmento de votantes que la alianza opositora, lo que lo convierte en una mascota útil al régimen.

Haciendo un pequeño paréntesis, Movimiento Ciudadano representa lo más infantil y chocante del progresismo. Un partido más preocupado por estar a la moda y por obtener likes que por las problemáticas reales de la población mexicana. Ahí donde sus integrantes sostienen abiertamente que en su plataforma para beneficio de las mujeres se pugnará por un “feminismo trasincluyente y anticapitalista”, (lo que sea que eso signifique) ¡hágame usted el favor! 

Los comentarios de AMLO no se hicieron esperar y aprovechó su espacio matutino para despotricar contra la alianza en su muy particular estilo y como ya es su costumbre en cada inicio de día.

Su narrativa simplona pero altamente efectiva consistió en señalar la coalición como un “triunfo moral” para él mismo, ya que la unión de todas las oposiciones en su contra –en su peculiar y mesiánica forma de ver las cosas– representa que efectivamente, en su presidencia se están gestando cambios. También dio a entender que Va por México es una especie de patada de ahogado del antiguo régimen para defender sus privilegios, así como para “quitar el dinero a los pobres» y aseguró que por fin se quitaron las máscaras quienes siempre han trabajado juntos y debajo de la mesa para saquear a México.

Ojalá hasta ahí llegara la intervención de López Obrador. Lo que preocupa es que el régimen hará uso de todo para conservar esa mayoría legislativa. Es muy posible que nos enfrentemos al regreso de las mañas electoreras más ruines para gestar un fraude. Una forma de protegerse ante esto sería una mayor cantidad de representantes de casilla de la oposición el 6 de junio para la defensa del voto así como la presencia de observadores ciudadanos que cuiden la voluntad popular, para que sea correctamente materializada en los números.

Al menos por ahora, resulta difícil diagnosticar los niveles de envenenamiento e intromisión Obradorista que tiene el Instituto Nacional Electoral, eso se irá viendo sobre la marcha.

Preliminarmente, podemos criticar de la autoridad encargada de organizar y vigilar las elecciones, que las facultades concedidas y reconocidas en ley, no las ejerce estrictamente y como debería para vigilar los actos anticipados de campaña en que podría estar incurriendo el régimen. Sin ir muy lejos, los aparentes mensajes proselitistas que se hacen desde las conferencias de prensa mañaneras.

Por otro lado, se le ve muy proactivo para invadir las competencias del Congreso de la Unión para dictaminar y establecer criterios de paridad de género que no solo resultan gravosos para los partidos políticos, sino que son claramente antidemocráticos al disponer que la mitad de las gubernaturas a disputarse en el 2021, deban ser forzosamente reservadas para mujeres. Situación que no debería ser impuesta a los partidos políticos cuando de cargos unipersonales se trata. No tiene ningún fin práctico.

En un segundo paréntesis: podría decirse que en general, todas las cuotas llámense de género, de diversidad sexual, de discapacidad, raciales, entre otras, trastocan la democracia en sí. Degeneran el espíritu con el que se establecieron las formas para seleccionar nuestro gobierno. Como si en lugar de un procedimiento tendiente a elegir a los mejores servidores públicos para que administren, legislen y ejecuten las normas que nos rigen, se tratara de un casting de una serie original de Netflix.

El Tribunal Electoral intervino en esta situación y determinó que efectivamente el INE estaba invadiendo atribuciones legislativas al establecer criterios sobre paridad de género, aunque en cuanto al fondo prácticamente defendió los grilletes del 50-50.

Nuestra democracia está siendo apaleada en varios frentes, por fantasmas del pasado (autoritarismo) y por fantasmas del futuro (progresismo).

No queda más que darle el voto de confianza a esta alianza opositora, sin hacerse muchas expectativas, solo para lo que es: recuperar algo de equilibrio institucional en México. Una vez hecho esto, podremos pensar en la pureza de las ideas. 

@liatrueba

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