Las cumbres de las montañas rocosas que rodean el valle de Jackson Hole (Wyoming) volverán a contar desde este jueves con la habitual presencia de los principales banqueros centrales, encabezados por el presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, Jerome Powell, que ejerce de anfitrión en el cónclave anual que durante el último fin de semana de agosto se viene celebrando desde 1982 en esta estación de montaña y que centrará su interés en cómo abordar el final del ciclo de subidas de tipos.
De tal modo, a pesar de que el leitmotiv escogido para la edición de este año del simposio de Jackson Hole, la 46ª desde su comienzo, sea el de los «cambios estructurales en la economía global», los mercados estarán pendientes de cualquier pista sobre las próximas decisiones de los bancos centrales de Estados Unidos y la eurozona, cuyos presidentes tienen previsto intervenir en sendas conferencias durante la reunión.
La reunión será inaugurada este jueves, como es tradición, con un discurso del actual presidente de la Fed, Jerome Powell, muy esperado por los mercados en una semana de poca actividad debido a las vacaciones estivales y que podría marcar el tono del arranque del curso económico en septiembre, con especial atención a las pistas sobre la reunión sobre política monetaria del 20 de septiembre.
Por su parte, entre los banqueros centrales que acudirán al evento destaca también la presencia de Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo (BCE), quien tiene previsto intervenir mañana viernes y podría marcar la posición del instituto emisor de la eurozona tras la vuelta de las vacaciones y los últimos datos macroeconómicos con vistas a la reunión del Consejo de Gobierno del próximo 14 de septiembre.
Desde 1978, el Banco de la Reserva Federal de Kansas City ha patrocinado un simposio para abordar los problemas a los que deben hacer frente las economías de Estados Unidos y el resto del mundo. A partir de 1982, dicho cónclave se celebra en Jackson Lake Lodge, dentro del Parque Nacional Grand Teton (Wyoming).
Según la entidad organizadora del foro, este año se explorarán varios acontecimientos importantes y potencialmente de larga duración que afectan a la economía mundial, incluyendo los potenciales efectos secundarios de la pandemia, cuya perturbación inmediata se está desvaneciendo, tanto a nivel nacional como global, a medida que las redes comerciales cambien y los flujos financieros globales reaccionen.