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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Cataluña y la poesía de la revuelta

Cataluña está probablemente perdida para España porque hace ya décadas nuestros líderes se entregaron en cuerpo y alma a la Gran Narrativa y ahora la Gran Narrativa les ha traicionado.

Intentaré explicarme.

La Gran Narrativa es el relato construido por las élites culturales para vender su programa progresista a través de los medios de comunicación, el mundo de ‘la cultura’ oficial y el sistema de enseñanza. Y la clave de su éxito arrollador no está tanto en datos o argumentos racionales como en imágenes y palabras a las que se ha logrado asociar un sentimiento reflejo, positivo o negativo según convenga.

El único problema de este esquema es que en cualquier momento se puede volver contra quienes lo han aprovechado y utilizado durante años a favor de sus intereses.

Ayer vi, absolutamente fascinado, un grupo de ‘dreamers’ -inmigrantes ilegales- reunidos con la demócrata Nancy Pelosi. Dudo que haya muchos políticos que hayan hecho más por la amnistía y nacionalización de estos inmigrantes, a quienes ha usado como mascotas y perros de presa contra sus enemigos políticos. Pero los reunidos no dejaron decir una palabra a la anciana senadora, coreando a gritos agresivas consignas como jóvenes Guardias Rojos mientras Pelosi temblaba visiblemente entre la indignación y el miedo sujetando el micrófono.

Soy lo bastante viejo para recordar lo bien que funciona, para acordarme de lo fácil que les resultó que toda nuestra opinión pública aplaudiera hasta pelarse las manos la guerra del Kosovo y la desgregación de Serbia.

Hasta podríamos citar a Bonhoeffer, para no ser menos, y decir que primero vinieron por los serbios de Kosovo y no hicimos nada porque no somos serbios.

Viene todo este confuso prolegómeno a cuento de cómo empieza a verse la cuestión catalana fuera de España. Y no les quepa duda de quién sale peor en la foto. No nos hemos dedicado tanto tiempo a glorificar la revuelta y a denigrar la labor de las fuerzas de seguridad para que ahora la gente entienda nuestro lado de la polémica.

Las ideas se han reducido a consignas breves, fáciles de memorizar, y una de ellas, al modo de ‘Rebelión en la granja’, es «revuelta bien, respuesta policial, mal».

Los independentistas están publicando en el Washington Post, que en un reportaje titula que ‘España es ya otro país para muchos en Cataluña’. El diario británico Express recurre a las escandalizadas mayúsculas para titular: ‘Referendum en Cataluña: España envía POLICÍAS ARMADOS a la caza de urnas para BLOQUEAR la votación’.

No, esto no suena nada bien, aun si contar con que en España todos los policías van siempre armados.

Naturalmente, nada de esto tendría importancia si nuestras legítimas autoridades dijesen que, siendo este un asunto interno, lo que piensen los de fuera nos da igual. Pero es que lo que piensan algunos de fuera ha sido precisamente uno de los ‘argumentos’ -llamémosles así- del que más se han servido, lo que no es extraño en medio del papanatismo reinante. ¿Se acuerdan de lo felices que les dejó Macron oponiéndose a los esfuerzos secesionistas?

Y entrando ya en lo que ustedes estarán esperando, ¿recuerdan el titular con que abría ayer mismo El País? Sí, que el PSOE ya no se oponía a la aplicación del Artículo 155 de la Constitución, culminando una serie de informaciones anteriores sobre los unidos que estaban los dos grandes partidos en esta crisis.

Quizá también recuerden mi profundo escepticismo que, si es cierto lo que leo en las primeras de El Mundo y La Razón (curiosamente, no en El País), estaba plenamente justificado.

Abre El Mundo: ‘Un PSOE dividido quiebra el frente constitucionalista’. Oh, vaya, qué deprisa va todo. A la derecha leo que ‘La Guardia Civil desmonta la logística electoral del referéndum’, que es un modo perfectamente claro de expresarlo, aunque, como hemos dicho, no es exactamente como lo está viendo el resto del mundo.

Dos mujeres se abrazan aterradas en la calle en la foto de apertura de El País. Se trata del espantoso terremoto que ha asolado la ciudad de México, pero conociendo cómo funciona la percepción humana sospecho que muchos lo relacionarán inconscientemente con el titular de apertura: ‘Los Mossos incumplen la orden del fiscal contra el referéndum’.

En la portada de ABC, dos agentes de la Guardia Civil montan guardia en un portal en una calle estrecha taponada por un coche del cuerpo. ‘La Generalitar recluta empresarios para el 1-O a golpe de subvención’. Oh, bueno, no es como si el bando constitucionalista no hubiera hecho de la fuga de empresas de Cataluña una ‘ultima ratio’ contra la secesión. Quizá deberían buscarse otra, apunto.

Nos cuenta La Razón abriendo que ‘El interventor avisó a Puigdemont de irregularidades en su gestión’, y no puedo evitar que me suene débil, como un susurro vergonzante en medio de una muchedumbre que grita.

Imagino que es cierto, supongo que es significativo. Pero queda tan pobre ahora, tan patético.

Debajo titulan con declaraciones del ex primer ministro italiano (ni me suena, lo reconozco) Enrico Letta: «Europa es un espacio sin fronteras, pero siempre dentro de los marcos legales». Y se me antoja que tiene tanto, pero tanto que ver con cómo se entiende el asunto catalán.

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