El PaĆs de hoy tiene cierta cualidad estĆ”tica, casi atemporal, en el sentido de que se ofrece como cartel electoral de todo lo suyo, de todo lo que defienden sus dueƱos, y en el que las supuestas ‘noticias’ son meramente ilustraciones, mĆ”s o menos forzadas, del mensaje que se transmite. Algo, en fin, tan distinto de esa imagen que han dado la literatura y el cine de la vibrante redacción que se estremece y se pone en frenĆ©tica acción ante la sorprendente realidad diaria como pueda imaginarse.
En la foto, una mujer con su hijo en un exótico campo de refugiados, ilustrando la primera parte de una serie, ‘La persecución de los rohingya/ 1. Los refugiados’.
Bien, los rohingya son perseguidos -y se defienden, naturalmente- y hay refugiados rohingya. El mundo es grande, lo que permite escoger, e incluso ignorar, como toda la prensa occidental ignora cuidadosamente las masacres de granjeros en SudÔfrica o la tragedia del Yemen, donde la población civil es alegremente bombardeada con el entusiasta apoyo de esa misma administración americana que se conmueve y enfurece bélicamente con los bombardeos sobre Duma.
Todos conocemos, despuƩs de todo, la agenda de Prisa, que es la agenda de los chiringuitos financieros que la financian: un mundo sin fronteras.
Ese mundo sin lealtades locales tendrĆa para sus lectores, como paso inmediato, la construcción de esos Estados Unidos de Europa que anhelan expresa y pĆŗblicamente polĆticos como nuestro presidente o su probable sucesor, Alberto Rivera.
Y ese afĆ”n explica el primer titular: ‘Fiscales alemanes y espaƱoles se coordinan contra Puigdemont’. La idea es que la imagen de la UE y su fraternal igualdad por encima de las fronteras ha quedado en los Ćŗltimos dĆas por los suelos con la decisión del juez de Schleswig-Holstein, que la ministra de Justicia alemana ha acabado de arreglar con sus declaraciones ofensivas para EspaƱa. Y eso hay que repararlo, contrarrestarlo, como sea, aun con un titular que hace parecer al pobre Carles como un superhĆ©roe contra quien se precisa un ejĆ©rcito binacional de fiscales.
Primera noticia de la columna de la derecha, ‘Trump alude con frivolidad en Twitter a un inminente ataque en Siria’. Ciertamente, el aborrecimiento a Trump es un rasgo fijo que El PaĆs comparte con todos los grupos mediĆ”ticos de algĆŗn peso. Ciertamente, tambiĆ©n, las bravuconadas de Trump online desdicen de la gravedad de la situación y de la ‘gravitas’ que se le quiere suponer a la presidencia de Estados Unidos.
Pero hay una frivolidad mil veces mĆ”s peligrosa que la de las formas, y es la del fondo, y en esa Prisa no tiene rival. El ataque a Siria, que el medio defiende con ardor, es de base tan frĆvola y poco creĆble, tan irresponsable despuĆ©s de tanta guerrita desastrosa emprendida con idĆ©nticas formas de propaganda, que prefirirĆamos menos solemnidad a cambio de mayor seriedad en el diario.
AdemĆ”s, abajo, ‘Zuckerberg admite que harĆ” falta mĆ”s regulación en Internet’. Ese ‘admite’, tristemente oculto y arrinconado en la primera, es una verdadera joya de la manipulación. Ese kabuki de alzar desesperado los brazos y ‘admitir’, como si la realidad le forzase a lo que detesta, cuando tanto Ć©l como El PaĆs y todos los grandes medios suspiran por meterle mano a ese espacio de libertad que siguen siendo las redes a su pesar, es oro puro. Todo este paripĆ© de comparecencias varias del fundador de Facebook tiene ese Ćŗltimo objetivo.
La foto de primera de las otras tres cabeceras va para una noticia que en la primera de El PaĆs necesita uno lupa para advertir: el juicio contra GriƱƔn por el mayor escĆ”ndalo de corrupción, por volumen en euros, de nuestra actualidad, el de los ERE fraudulentos.
En ABC, medio rostro de GriƱƔn, oculto el otro medio por una puerta. ‘GriƱƔn se esconde tras sus subordinados’. La lealtad y el coraje no son valores que coticen alto en la polĆtica de partidos. Nadie ve nada, nadie sabe nada, nadie recuerda nada, nadie se responsabiliza de nada. Pero vótenme, que yo me ocupo de todo.
En El Mundo, sobre esto mismo, entrecomillado de GriƱƔn: Ā«Nunca vi, nunca me reunĆ, nunca conocĆ, nunca negociĆ©’. Si los partidos tuvieran escudos de armas, el del PSOE deberĆa incluir bien visibles los tres monos de la fĆ”bula.
Pero el primer tema no es ese, sino este otro: ‘UGT y CCOO dicen que en EspaƱa Ā«no hay normalidad judicialĀ». Y todo podrĆa ser, no digo que no; pero, desde luego, no hay normalidad sindical, no existe la opción de unos sindicatos que cumplan en exclusiva la misión que, segĆŗn el diccionario, define a estos devoradores de marisco.
No sĆ© si La Razón lo ha hecho a propósito, no es imposible, ni siquiera improbable; el caso es que las dos noticias con foto de su primera se complementan maravillosamente. En la de GriƱƔn puede leerse: ‘La amnesia de GriƱƔn en el juicio de los ERE’. Debajo, de espaldas, Cristina Cifuentes que, si GriƱƔn ha olvidado lo que pasó, ella recuerda perfectamente lo que sus profesores aseguran que no pasó: ‘Cifuentes mantiene el pulso: solo dimitirĆ” si se lo pide Rajoy’.
Para que se lo pida Rajoy, nuestro presidente no necesita prueba alguna a favor o en contra de la versión de su correligionaria, sino meramente un vistazo a las encuestas. AsĆ de cruel es la polĆtica, amigos.
Arriba, como primera noticia, la misma que El PaĆs, pero expresada de otro modo: ‘Cumbre hispano-alemana para fijar la rebelión’. La rebelión fija: he aquĆ otro hallazgo de nuestro tiempo.
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