Román Collado (Valencia, 1993) ya no tiene miedo. Hace apenas unos días corría despavorido por la cama, entre pesadillas y desvelos ante la encerrona del próximo domingo. El joven torero vuelve mañana a los ruedos de su tierra para protagonizar la primera encerrona de Fallas. Motivado por la gesta y por la abrumadora acogida —«Es algo precioso que nunca había imaginado»—, Román confiesa que su objetivo es disfrutar de este homenaje a sus primeros diez años de alternativa. «Y luego la corrida será lo que Dios quiera», zanja.
¿Estás acojonado por la corrida? ¿Tienes pesadillas?
No, la verdad es que no. Hace días tuve muchísimas pesadillas. Pero ahora estoy disfrutando mucho, muy centrado en toda la previa a la corrida, que está siendo preciosa. Así que estoy bien y tranquilo.
¿Tranquilo? ¿Cómo encuentra la calma un torero antes de una encerrona?
Pues mira… [piensa un rato]. Fíjate, si te soy sincero, encuentro calma en la seguridad. En saber que el trabajo está hecho, y bien hecho. Luego la corrida será lo que Dios quiera, pero por lo menos todo lo de antes yo no lo podría haber hecho mejor.
Hablo del esfuerzo, de la preparación, de nuestras ganas e ilusión. Creo que en ese aspecto estoy tranquilo. Al final eso me da mucha seguridad.
La preparación habrá sido física pero también mental, imagino…
Al final la parte psicológica va muy influenciada por la preparación física. Los entrenamientos, el toreo de salón… todo eso me da paz mental. Pero también me he preparado con un profesional que me ha ayudado en otras ocasiones. Empecé a trabajar con él a principios de enero y llevamos ya muchas sesiones preparando la tarde de mañana.
Pero no sólo mañana. En general, me está ayudando a preparar toda la temporada, no sólo la corrida del domingo. Todo este trabajo me ayuda a ser torero.
Los toreros ahora tienen psicólogo…
Sí. Yo creo que es fundamental. Es verdad que es una cosa nueva porque los toreros nunca han trabajado la mente, pero es lo más importante. Por eso es bueno usar las herramientas de ahora, que no se usaban antes. Igual que cualquier deportista de élite tiene psicólogo, a los toreros nos va mejor cuidando nuestra cabeza.
Antes se tenía director espiritual. ¿Rezas antes de las corridas?
Yo soy muy católico y estoy muy cerca de Dios en todo momento. Pero no sólo antes de la corrida. Así que por supuesto que rezo y estoy muy bien acompañado.
Una compañía que vendrá bien para la gesta del domingo. Nunca nadie se había encerrado una tarde de Fallas. ¿Abruma ser el primero?
¡No! Al revés, me motiva muchísimo. Para mí es una motivación porque me siento tremendamente privilegiado. Es un regalo que me ha dado la vida y de verdad que me lo tomo con esa tranquilidad. Probablemente sea la primera vez que voy a Valencia con tanta exigencia y, sin embargo, sin presión. Y eso me da mucha paz.
Victorino Martín, Pedraza de Yeltes, García Jiménez, Fuente Ymbro, El Parralejo y Domingo Hernández. ¿De dónde nace esta variedad? ¿Por qué apostar por ellas?
Yo he apostado por ellas porque son ganaderías que reflejan lo que ha sido mi trayectoria. Cuando estuvimos hablando con la empresa para cerrar la tarde, en el momento de plantear la encerrona, yo quería que se viera el reflejo de estos diez años de alternativa.
Son ganaderías que han estado presentes en mi trayectoria, todas ellas pasan por un buen momento y además son perfectas para el espectáculo. Luego, al final, vete tú a saber cómo sale cada toro. No lo sabemos. Pero hemos elegido el cartel con todo el cariño posible.
Un cariño para celebrar diez años en los ruedos. ¿Diez de cuántos? ¿Tienes en mente la retirada?
Yo no pienso en retirarme. Y te lo digo completamente en serio. [Hace silencio] Creo que estoy en el mejor momento de mi carrera. Aún estoy empezando, o por lo menos estoy llegando a un punto de madurez muy bueno, en el que me siento muy a gusto. Dios dirá cuándo me tenga que retirar, pero de momento creo que falta mucho para eso. No pienso en la retirada.
Para ser torero hay que estar un poco loco. ¿O es acaso un ejercicio de absoluta cordura?
[Risas, muchas risas]. Para ser torero hay que estar muy lúcido. En los ruedos la cordura hace mucho, porque como estés loco te la pegas. Ahora bien. Es verdad que ser torero te obliga a dar un paso de más que como estés muy cuerdo no lo das. Pero sí, es importante ser torero con serenidad y cabeza, y si no el toro te impone esa cordura a la fuerza.
Volvamos a Valencia. Quedan pocas entradas pese a que ni las administraciones ni los medios de comunicación hablen de toros. ¡Tenemos un ministro de Cultura antitaurino!
Estamos en un momento en el que se nos quiere dar la espalda desde las instituciones pero la gente está apoyando la tauromaquia más que nunca. Además creo que no es una cuestión de rebeldía, sino de puro gusto. A la gente en España le gustan los toros y eso es bueno proclamarlo. Queremos que se sepa que somos taurinos.
Y los jóvenes juegan un papel fundamental. Veo que hay una nueva generación de jóvenes que quiere ir a los toros. Yo cuando iba al colegio nunca imaginé eso, y ahora se está dando.
Has conectado muy bien con el nuevo aficionado, gracias en parte a las redes sociales. ¿Notas el cariño de estos jóvenes?
Yo sí. Y me llama mucho la atención. La cantidad de gente joven que me para por la calle, que me saluda, que me dice que soy su ídolo. Es algo precioso que nunca había imaginado. De verdad que he notado mucho el apoyo desde el primer momento. Los jóvenes son el futuro de la tauromaquia y yo quiero estar muy cerca de ellos.
Llevarás un traje de luces en homenaje a Manuel Granero. ¿El domingo juegas en casa?
Te voy a confesar algo. Valencia siempre ha sido una de las plazas que más me han pesado. Pero en esta ocasión es distinto. Va a ser una tarde muy especial porque no es solo mía. Es la celebración de mis diez años de alternativa pero también es una tarde de Valencia. Yo estoy disfrutando mucho el proceso y del ambiente de la corrida. La gente está apoyando mucho. No es solo que vaya a matar seis toros, sino que me encierro en Fallas para celebrar la tauromaquia.
