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no tiene previsto su paso por Madrid

El Rey emérito regresa a España para participar en unas regatas en Sangenjo

El Rey emérito Juan Carlos baja del avión a su llegada al Aeropuerto Internacional de Vigo-Peinador. Europa Press

El Rey emérito ha llegado este miércoles a España en su segunda visita desde que se trasladó en agosto de 2020 a Emiratos Árabes Unidos (EAU) y lo ha hecho obviando el malestar que su viaje ha ocasionado en Zarzuela, que ya tras la primera visita había pedido a Don Juan Carlos más discreción en sus futuros desplazamientos.

Según algunas fuentes, el viaje de Juan Carlos I ha generado «malestar» en Zarzuela, donde se tuvo noticia de los planes de viajar nuevamente a la localidad gallega de Sanxenxo por la prensa sin que hubiera una comunicación previa de sus intenciones a la Casa del Rey.

En Zarzuela consideran particularmente «inoportuno» que la visita se produzca en estos momentos dada la proximidad con las elecciones autonómicas y municipales del 28 de mayo y por tanto en periodo preelectoral, aunque reconocen que se trata una decisión personal del padre del Rey y la enmarcan en su vida privada, como también ha hecho el Gobierno.

Ya la primera visita que hizo a España Don Juan Carlos a finales de mayo del año pasado había generado malestar en la Casa del Rey, debido a la expectación con la que se siguieron todos sus movimientos durante su estancia en Sanxenxo y al interés suscitado, muy lejos de la privacidad con la que había manifestado que quería que transcurrieran este tipo de desplazamientos.

Así se lo hizo ver Felipe VI en el encuentro que ambos mantuvieron en Zarzuela el 23 de mayo. Tras el mismo, la Casa del Rey le recordó a Juan Carlos en un comunicado que en su carta para notificarle que Abú Dhabi sería su residencia permanente también le había dicho que cuando visitara España quería hacerlo con «la mayor privacidad posible».

Entonces, el mensaje caló aparentemente en el emérito, ya que no regresó en junio para una nueva regata como se había adelantado, y en los meses siguientes ha mantenido un inusual silencio, sin recurrir a su entorno más cercano para trasladar mensajes sobre sus intenciones o sobre su vida en el exilio emiratí.

Ha tenido que pasar casi un año para que Don Juan Carlos vuelva a pisar suelo español, si bien en este tiempo ha tenido ocasión de verse dos veces con el Rey, en septiembre en el funeral de Isabel II en Londres y en enero en el de Constantino de Grecia, hermano de Doña Sofía.

Como ya ocurrió la primera vez, el emérito ha aterrizado en Vigo, desde donde se ha trasladado a Sanxenxo, donde se prevé que permanezca hasta el domingo. Sin embargo, al contrario que hace un año, no parece que esté previsto un reencuentro familiar en Madrid. Al menos, en la agenda oficial de los Reyes no figura ningún evento de este tipo.

El antiguo monarca ha aterrizado procedente de Londres, donde el lunes por la noche acudió a un exclusivo club acompañado de amigos y donde en la noche del martes asistió al choque entre el Real Madrid y el Chelsea en la Champions League, que se disputó en la capital británica.

De Vigo se ha trasladado a Sanxenxo, donde a priori permanecerá hasta el domingo y acudirá a la regata que se celebrará esta semana en esta ciudad en la que participará su barco, el Bribón, dentro de la Copa de España. Don Juan Carlos, de 85 años, tendría intención de volver a subir a bordo del barco en algún momento de su estancia.

Pero al margen de ello, no hay muchos más detalles sobre su visita. Al contrario que en la ocasión anterior, su buen amigo y presidente del Real Club Náutico, Pedro Campos, ha guardado un silencio sepulcral desde que se filtró la noticia de que Don Juan Carlos se desplazaría a Sanxenxo y tampoco ha querido confirmar si volverá a ser su anfitrión, alojándole en su residencia.

Tampoco parece estar al tanto de los detalles de la visita el alcalde de Sanxenxo, Telmo Martín. «Nadie me ha dicho nada», reconoció este martes, al tiempo que dijo que el antiguo monarca será recibido en la localidad «como un ciudadano más».

En el Gobierno también han adoptado una posición menos asertiva en esta ocasión, enmarcando la visita en el ámbito privado. No obstante, la portavoz, Isabel Rodríguez, sí que ha aclarado que el Gobierno sigue siendo de la opinión de que Don Juan Carlos debería brindar algún tipo de explicación por sus actividades en el pasado.

«El Gobierno ha manifestado en múltiples ocasiones su opinión respecto a los hechos que se conocieron hace tiempo sobre la conducta del Rey emérito y seguimos manteniendo la misma opinión«, dijo la semana pasada. Ya tras la primera visita la portavoz del Ejecutivo consideró que el antiguo monarca había perdido la oportunidad de brindar la «respuesta» que esperaban los españoles.

Al margen de ello, Moncloa no ha querido comentar la visita, una decisión personal del emérito, a la espera de ver cómo transcurre finalmente la misma. No ha ocurrido lo mismo con sus socios de Gobierno y de legislatura.

El presidente del grupo parlamentario de Unidas Podemos, Jaume Asens, ha tachado de «desafortunado» el viaje y ha insistido en que «no ha dado explicaciones», mientras que un coportavoz del grupo ha considerado que su visita es una «indecencia» y un «descrédito». «Debería estar dando explicaciones y no paseándose en regatas», ha defendido.

Para el portavoz parlamentario de ERC, Gabriel Rufián, la visita «demuestra la impunidad» de España porque «todo el mundo sabe que (Juan Carlos I) fomentó corruptela en los últimos 40 años y pensaba que parte de este país era suyo».

Por su parte, la portavoz de EH Bildu, Mertxe Aizpurua, ha censurado los «shows mediáticos» que provocan las visitas de Don Juan Carlos, al tiempo que ha reclamado al Gobierno que se revoque su título de rey emérito por «higiene democrática».

En opinión del portavoz del PNV, Aitor Esteban, que venga a participar en una regata es «un añadido más a todas las frivolidades» de las que el emérito «ha dado muestra», al tiempo que ha deslizado su impresión de que la Casa Real quiere que estas visitas «se vuelvan algo habitual».

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