La Policía Nacional ha señalado a los exjefes de la organización terrorista ETA Ignacio Miguel Gracia Arregui, alias ‘Iñaki de Rentería’; José Javier Arizcuren, ‘Kantauri’; María Soledad Iparraguirre, ‘Anboto’ y Mikel Albisu Iriarte, ‘Mikel Antza’, como los responsables de fijar al exconcejal del Partido Popular en Ermua Miguel Ángel Blanco como un «objetivo prioritario» de la banda terrorista.
Así se desprende de un informe de 160 páginas que los investigadores han remitido al juez de la Audiencia Nacional que investiga a la cúpula de ETA por su participación en el secuestro y posterior asesinato de Blanco, que se produjo en 1997.
Los agentes explican que, como miembros del Comité Ejecutivo de la banda, «tenían la capacidad para decidir la concreta ejecución de una acción terrorista». «Es más, en el caso de pretender atentar contra objetivos especiales, la dirección de ETA tenía que dar su autorización. En cuanto al asesinato de políticos/concejales del PP, existió orden expresa a una generalidad de comandos, entre ellos el Donosti, que fue responsable directo en el caso concreto de Miguel Ángel Blanco», apuntan.
En este contexto, la Policía asegura que los cuatro exjefes de ETA a los que apuntan «no dieron la orden de poner en libertad» al dirigente ‘popular’ «cuando estaban en situación de plena conciencia de su posición de mando y teniendo el pleno dominio sobre el actuar de sus comandos armados, pudiendo haber impedido su asesinato».
Así las cosas, indican que el Comité Ejecutivo, a través del aparato militar –del que formaban parte ‘Iñaki de Rentería’, ‘Kantauri’ y ‘Anboto’– «ordenó a sus comandos que tuvieran como objetivo prioritario atentar contra representantes políticos, especialmente del PP, como demuestran pruebas documentales y testificales relacionados con varios de los comandos que actuaban en territorio nacional».