Puñetazos, patadas, sillas volando, contenedores quemados, presencia de bengalas en pleno centro de Madrid y lanzamiento de artefactos pirotécnicos contra edificios en Sevilla… fueron algunas de las secuencias que compusieron el deplorable guión de los aficionados marroquíes en varias ciudades españolas para festejar la victoria de su selección frente a España en los octavos de final del Mundial de fútbol.
Lamentables escenas que, por duro que nos parezca, no deberían sorprendernos a estas alturas del torneo, teniendo en cuenta que todos los triunfos de los Leones del Atlas —la mayor revelación de Qatar 2022 tras acabar primeros de grupo por delante de la subcampeona Croacia, Bélgica y Canadá— se han saldado con importantes disturbios en varias ciudades europeas. Pese a lo impactante de las imágenes, la gravedad de los hechos en España no alcanzó las cotas de otros países europeos, especialmente Bélgica y Países Bajos.
Así, la Policía de Bruselas ha informado de 119 detenidos durante las celebraciones de seguidores marroquíes tras la victoria contra España —una cifra casi siete veces superior al número de magrebíes arrestados tras el triunfo frente a Canadá (18), el pasado 1 de diciembre— y en los Países Bajos hubo un total de 55 detenidos, en ciudades como Róterdam, La Haya o Ámsterdam, después de que los hinchas marroquíes se enfrentaran a las fuerzas de seguridad, que recurrieron al uso de gases lacrimógenos y cañones de agua.
En España, afortunadamente, las escenas no han sido tan virulentas como en otros países del Viejo Continente, ni tampoco se han registrado detenidos ni heridos de consideración. Pero sí episodios de violencia contra personas y el patrimonio público y privado. Por eso llaman poderosamente la atención las distintas informaciones que leemos en algunos medios, donde se habla de la ausencia de altercados. Mención especial en este sentido a la agencia EFE, que intenta vendernos un buenismo inverosímil a todas luces. Un teletipo de las 20:52 (UCT) del 6 de diciembre de 2022 —apenas un par de horas después de la eliminación de España— titulaba: «Miles de marroquíes salen a las calles para celebrar el triunfo ante España».
Dentro de la información, la agencia estatal de noticias se hace eco de la alegría de los seguidores norteafricanos por la clasificación para cuartos de final del Mundial en ciudades como Madrid, Barcelona, Melilla, Ceuta, Lorca, El Ejido, Algeciras o Logroño. Pero lo que se dice altercados… ¡ni uno solo! «Personas a pie ocupando los carriles de vehículos mientras estos hacían sonar el claxon», «cánticos de victoria, acompañados por panderetas» o «seguidores con los móviles conectados en videollamada para compartir el momento con sus familiares en Marruecos o en otros lugares de España»… lo dicho, un escenario aparentemente idílico donde todo el oro se presentaba reluciente. Bueno, bonito y barato.
Pero el algodón no engaña: mientras los medios progubernamentales han intentado vendernos algo que no es, las redes sociales se encargaron de retratarlos en unos pocos segundos a golpe de clic. Y es que ya se sabe que una imagen…