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Las últimas horas de la ministra Delgado: peticiones de dimisión, gritos y colectivos ofendidos

Dies horribilis para la titular de Justicia. Las últimas horas de Dolores Delgado han transcurrido entre peticiones de dimisión, balbuceos para justificar distintas versiones de una misma historia y algúna que otra salida de tono en el Senado. 

La ministra de Justicia, Dolores Delgado, ha respondido este martes a su primera pregunta en la sesión de control en el Senado sin entrar en la polémica sobre las grabaciones de la comida compartida con el excomisario José Villarejo, pero ha afrontado los gritos de «dimisión, dimisión» desde la bancada del PP.

Los audios que prueban que la ministra Delgado mintió sobre su relación con Villarejo

Tras la pregunta, el presidente del Senado, Pío García-Escudero, ha tenido que mandar callar a varios de los senadores, ante los gritos de «dimisión, dimisión» que se oyeron desde las bancadas populares y el barullo que se generó en el hemiciclo.

La senadora del PP Esther Muñoz se ha dirigido en numerosas ocasiones a Delgado llamándola «todavía ministra», la ha acusado de mentir, y ha finalizado su intervención instando a Delgado a que «dimita ya» y no espere a su reprobación, que se votará esta tarde en el Senado a instancia de los ‘populares’.

Pero Delgado no ha querido entrar a responder a las acusaciones de Muñoz, a la que ha replicado llamándola «todavía portavoz de Justicia del PP», y le ha dicho que no va a contestar a sus afirmaciones «porque no lo merece». Eso sí… ha perdido un poquito los nervios:

Delgado se ha limitado a contestar a la pregunta de Muñoz, sobre un posible indulto a los presos por rebelión o sedición, que el Gobierno ha respetado «escrupulosamente» la independencia judicial, y es el anterior Ejecutivo del PP el que ha intentado interferir en el poder judicial «sistemáticamente».

Muñoz ha asegurado que la ministra va «de rectificación en rectificación» y le ha advertido de que tendrá que dimitir «antes o después» por mentir, además de recriminarle que «prefiere trabajar con tíos que con tías», en referencia a uno de las grabaciones publicadas  por moncloa.com, un diario digital creado este mes y dirigido por el periodista Joaquín Vidal.

Iglesias pide su cabeza

Para la senadora del PP está claro que la moción de censura «tenía un precio que es romper el país» y ha cuestionado si forma parte de un acuerdo de no agresión con los independentistas la concesión de un indulto a cualquier que pudiera ser condenado por rebelión o sedición.

La ministra ha negado la existencia de ningún «pacto» con los independentistas y ha afirmado que el Gobierno «no ha dado una sola instrucción a ningún fiscal, no ha llamado a ningún juez» y ha respetado siempre la independencia judicial y la autonomía del ministerio fiscal.

Además, ha explicado que el indulto está regulado en una ley de 1870 y requiere todo un proceso antes del llevarlo al Consejo de Ministros, ya que es una «prerrogativa» del Ejecutivo y en función de que concurran o no los requisitos de justicia y equidad «se concede o no se concede».

Pero, en todo caso, el Gobierno lo que «no puede hacer bajo ningún concepto es intentar interferir en el poder judicial», como considera que ha hecho el anterior Ejecutivo, y por eso ha sido reprobado el anterior ministro de Justicia y el fiscal general del Estado.

La senadora popular ha reprochado a la ministra que no ha hecho nada tras las declaraciones de la delegada del Gobierno en Cataluña, Teresa Cunillera, a favor de los indultos a los políticos independentistas presos, «ni va a hacer nada» porque «todo forma parte del plan para estar en el Gobierno y ese plan es vender a España».

Fuera del Senado, la presión contra la ministra Delgado aumentaba desde las filas de los socios de Sánchez:  «Alguien que se reúne de manera afable con un personaje de la basura de las cloacas de Interior en nuestro país debe alejarse de la vida política porque hace daño a la mayoría parlamentaria que protagonizó la moción de censura». Las palabras son de Pablo Iglesias, que no disimulaba a la hora de pedir la cabeza de la ministra, al igual que hiciera este lunes su compañero de filas, Echenique.

Iglesias, que ha señalado que no ha tenido ocasión de decírselo al presidente del Gobierno, de viaje oficial en Estados Unidos, ha afirmado: «Cualquier político que se mezcle con eso debería alejarse de una función pública que debe ser noble. Creo que estoy siendo cristalino». «No es aceptable que en este país haya ministros que sean amigos de tipejos como Villarejo», ha subrayado.

Reparación de ofensas

Ya fuera de las filas políticas, la Confederación LGTBI+ Colegas ha pedido a la ministra Delgado que pida disculpas públicas en el Parlamento al ministro de Justicia, Fernando Grande-Marlaska, y a todo el colectivo por haberles insultado. Además, el lobby LGTB ha añadido que las declaraciones de la ministra les hacen ‘desconfiar’ de la justicia.

«No nos vale con que Marlaska salga a ‘bailar la conga’ con la ministra diciendo que no le han ofendido y que lo importante son los hechos y no las palabras», ha afirmado el presidente de la Confederación, Paco Ramírez, para quien «no es sólo un insulto» al ministro, sino a «toda la población LGBTI+, y en definitiva un insulto a la inteligencia de todos los españoles».

Delgado llamó ‘maricón’ al ministro Grande Marlaska

Además ha criticado que esas declaraciones provengan de una ministra de «un gobierno que se pretende defensor de la diversidad y feminista». Ramírez ha asegurado que el colectivo «se considera víctima de unos prejuicios y unos estereotipos que acusan fuertemente muchos jueces y fiscales, más cuando hasta la propia ministra de Justicia parece adolecer de ello».

También ha lamentado la escasa formación especializada a jueces y fiscales «para abrir sus mentalidades a la diversidad» con el objetivo de conseguir que la discriminación y el odio sean justamente sancionados.

Mientras, y a pesar de la reprobación que este martes sufrirá la ministra en el Senado, la portavoz del Gobierno Sánchez, Isabel Celáa, asegura que mantiene la confianza en su compañera de filas:

En declaraciones a la prensa en los pasillo del Senado, ha insistido en que el Gobierno mantiene su «confianza» en la ministra de Justicia y ha calificado las grabaciones publicadas por Moncloa.com como «un ataque más» al Ejecutivo, así como «una manipulación».

Preguntada si un Gobierno que se declara «feminista» puede permitir declaraciones como las que se produjeron en esa comida con Villarejo, Celaá ha reiterado que «eso es una manipulación» y que «ella -Delgado- ha dicho que no eran suyas».

Ha añadido que el Ejecutivo siente el «respaldo» de los ciudadanos que recoge la encuesta del CIS -que sitúa al PSOE como primera fuerza en intención de voto- y ha indicado que el Gobierno trabaja para «desplegar la agenda social» y «revertir los recortes del PP».

 

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