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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Memorables reseñas de la gasolinera Aral, donde fue detenido Puigdemont

Así funciona el humor español. Dennos una gasolinera, que nosotros ponemos el chiste. La estación de servicio donde detuvieron a Puigdemont, protagonista de … ¿las mejores reseñas turísticas de la Historia?

Nunca una gasolinera soñó con tanta gloria. La estación de servicio Aral Tankstelle Schuby, en Alemania, se ha convertido en objetivo del humor patrio por su condición de testigo de excepción en la detención del expresidente catalán Carles Puigdemont.
Basta con asomarse a las reseñas del centro de repostaje en la famosa aplicación Google Maps para comprobar que hay un antes y un después de Puigdemont en Aral Tankstelle Schuby:
“Maravilloso lugar democráticamente elegido a unos 155 kilómetros de otros lugares. Para gente fina y distinguida que reporta gasolina. Paisaje bucólico y pastoril con alto nivel de seguridad donde día sí y día también la policía vigila. Cuenta la leyenda que atraparon a un dirigente imaginario de una República inexistente”, señala el último usuario que ha dejado su opinión en la red.

Hay más… muchas más:
“Parada obligatoria después tirarme 155 kilómetros seguidos sin parar. Huyendo de España, en busca de mi fregona que me la deje en Bélgica. Es una historia muy bonita y larga. ¡Qué trato tan bueno! ¡La recomiendo!”, escribe otro usuario.
“¡Excelente servicio! Amplio aparcamiento. Si eres el cliente 155 te regalan una semana de estancia en Neumünster con gastos pagados y entras en el sorteo de una plaza en Soto del Real bajo el magnífico sol de España. Tienen servicio de revelado fotográfico para inmortalizar el encuentro”.
Los hay más escuetos – “Parada obligatoria donde la democracia vence … la independencia pierde”; “Pa anb tomaquet, cargol, calçots, escalivada y delicioso fin de fiesta para fugados”- y alguno que resume el sentir general de los ‘clientes’ de Aral: “Sin duda un sitio de parada obligatoria. Danke Deutschland [gracias Alemania].
Y hay quien, incluso, se atreve con una novela corta:
“A ver, la gasolinera como tal no está mal, una más. Lo bueno es la tienda. Venden esposas, grilletes, libros para largos tiempos de retiro (…) Pero lo alucinante son las cajas de experiencia. Tienen una con el extraño nombre de ‘Experiencia a la sombra’ que por 155 euros te sumerge en una experiencia surrealista. En cuanto la compras, se presentan unos secretas y te llevan a una cárcel alemana, allí te dejan sine die mientras en tu país te reclaman para juzgarte por haber dado una especie de golpe de estado. Está super bien hecho, porque claro, tú lo flipas y dices, «que no hombre, que soy un preso político, y tal», pero desde tu país te dicen, «no chaval que no te enteras, si no es por tus ideas, es por desviar fondos, incitar a la violencia, contravenir las reglas del parlamento que presides…». Y claro, tú alucinas, porque es el típico juego en que crees que controlas todo y de repente te das cuenta de que no. De que no tenías ni idea de las reglas y que vas a perder. Es la monda… Lo que pasa es que es tan realista, que el de la tienda me dijo que el último que la compró, no se leyó bien las instrucciones antes de jugar y lleva años en la cárcel y que no hay manera de salir. ¡Qué pasada!”.
 

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